Encantada con el maratón

El día que se enfrentó a un maratón se sintió inmensamente feliz porque disfrutó como tal vez no había disfrutado nunca. “Me encantó”, explica Fátima Paz, nacida en Celanova (Ourense) en 1961, aunque integrada en Santiago de Compostela desde que contaba diez años. “Fue la prueba que más me gustó. Me hubiese encantado haberlo hecho antes pero no estaba preparada mentalmente; me parecía muy duro”.

Fátima Paz en la Carrera Pedestre Popular de Santiago de 1990

En 1997 era una mujer curtida en todos los terrenos, que había pisado también el asfalto desde jovencita por haber participado en múltiples carreras populares, de tal manera que era frecuente verla disputando medios maratones. Y fue en un fin de semana glorioso, ¡y tan glorioso!, cuando decidió dar el paso adelante hacia el maratón. Venció en dos medios maratones (Santoña y Gijón) con una diferencia de veinticuatro horas. Si era capaz de semejante proeza, de correr dos medios maratones seguidos, parecía claro que estaba en condiciones de enfrentarse al maratón. Y dicho y hecho. Se presentó en Gijón el 29 de junio del referido 1997 sin preparación específica; todo lo basó en lo acumulado de tanto tiempo corriendo y el resultado hubo que tenerlo en cuenta: sus 2h41:18 la situaron aquel año en el sexto lugar del ranking que dominaba Ana Isabel Alonso en 2h30:06. Después de aquello corrió maratones y maratones (hasta cuatro y alguna vez cinco al año), siendo su mejor registro 2h41:13 de 1999 en Sevilla.

Un grupo de chiquillas (tenían 13 años), entre las que estaba Fátima, su hermana gemela María, Esther Pedrosa, Mercedes Fernández, entre otras, estudiantes en el Instituto Rosalía de Castro, comenzaron a disfrutar y a quedar bien en unas carreras de cross sabatinas, por lo que la profesora María Luisa Peralta les propuso entrenarse. Se integraron en la escuela de atletismo al amparo del Club Universitario (CUA) y Fátima se entrenó, en lo que fueron sus primeros pasos, con Jesús Alonso, Suso, después con Mariano García-Verdugo y, en su retorno al atletismo tras haberlo dejado temporalmente, con Ricardo Gurriarán, técnico y amigo con el que ya se mantuvo toda su carrera. Y Fátima se convirtió en una mediofondista de cierto valor, ganadora de una medalla de plata y otra de bronce en los Campeonatos de España de 1984 y 1987, siendo llamada a la selección española en cuatro ocasiones en 1984 y 1986.

En el barcelonés estadio de Serrahima alcanzó, en 1984, posiblemente su más sonado éxito: medalla de plata en 800 metros en los Campeonatos de España. Tras ser segunda en su semifinal, superada por Maite Zúñiga, volvió a repetir ese puesto en la final, lo que naturalmente suponía un mérito mayor. Acabó la carrera en 2:09.13, batida por Rosa Colorado, sin que la salmantina hubiese dado opción alguna a sus rivales; sus 2:06.48 lo dicen todo. La tercera plaza la ocupó E. Castro, con un tiempo de 2:09.94.

Y le llegó entonces la llamada de la selección española. “Lo de ser internacional es como una casualidad porque no tienes que hacer una mínima”, afirma. “Quedas bien en ese campeonato y te seleccionan”. El caso es que acudió a San Sebastián el 19 de agosto de 1984 para intervenir en un cuadrangular con Grecia, Israel e Italia, compitiendo las italianas con atletas sub 23 con el fin de que la confrontación resultase más igualada. Y así y todo, Italia se llevó la victoria con 172 puntos, aunque cerca ya anduvo España al sumar 169; Grecia e Israel se descolgaron con 112 y 58.

Participando en el Campeonato Gallego de cross de 1989 en Pontevedra

El debut internacional de Fátima, en una lucha de seis atletas, no tuvo consecuencias llamativas, es decir, los méritos con los que contaba se quedaron inamovibles. Fue última en 800 metros con 2:12.43, mientras que su compañera Rosa Colorado ganaba la carrera con 2:08.44. Las demás contrincantes de esta ocasión histórica para Fátima arribaron a meta con estos tiempos: Theodoridou (Grecia), 2:08.63; Tozzi (Italia), 2:09.73; Constantinidou (Grecia), 2:10.70; y Benetti (Italia), 2:10.88.

Los técnicos españoles volvieron a contar con ella en los primeros días de agosto de ese 1984 para una confrontación a cuatro bandas en su tierra de adopción: Santiago de Compostela. En el estadio de la Residencia pelearon, tanto hombres como mujeres, contra Finlandia, Portugal y Galicia. La victoria de España en categoría masculina frente a los representantes finlandeses se consideró histórica. Las mujeres españolas ya no pudieron decir lo mismo, aunque superaron a Portugal y Galicia. Fátima volvió a competir en 800 metros, acabando sexta con 2:15.25, y Rosa Colorado fue cuarta con 2:07.35. La carrera entre ocho mujeres fue ganada por la finesa Ylimaki, 2:05.25. “El encuentro femenino”, refleja Atletismo Español, “no fue lo que podíamos denominar un encuentro auténtico, pues del programa habitual no se celebraron las carreras de 400, 1.500, 400 m.v. y relevo largo, ni los lanzamientos de peso y disco”.

Fue, en todo caso, un año el de 1984 magnífico para Fátima, a la que se pudo ver en los puestos altos del ranking nacional en las pruebas de mediofondo. Así, en 800, asomaba tercera por sus 2:09.13 (primera estaba Rosa Colorado con 2:04.11), y por sus 4:21.89 en 1.500 metros (su mejor registro de siempre) le correspondió la quinta posición, siendo Mercedes Calleja la que encabezaba la disciplina con 4:19.89. Fátima correría los 800 metros más rápidos en 1985 al terminarlos en 2:08.6 en A Coruña.

Cuando, en 1996, la reclamaron otra vez a la selección, lo hizo primeramente en un duelo de pista cubierta con Gran Bretaña en Madrid cuando se iniciaba febrero. Las británicas se impusieron con cierta holgura (62-43) y Fátima, corriendo los 1.500 metros, cerró la prueba con un tiempo de 4:32.55 y su compañera Cristina Agustí quedó tercera con 4:31.60; la superioridad de las visitantes fue notoria: Yvonne Murray venció con 4:17.78 y su compatriota Kathryn Carte hizo 4:20.40.

Después de clasificarse octava en el Campeonato de España de cross en Barbastro (Huesca) el 9 de marzo de ese año 96, competición en la que se llevó el título Carmen Valero, formó parte del grupo nacional que acudió a Neuchatel (Suiza) al Campeonato del Mundo de la especialidad, celebrado el día 23 de marzo. La carrera careció de argumento porque la británica de origen surafricano Zola Budd, corriendo descalza, “aunque luego me he arrepentido, porque el suelo estaba resbaladizo y lleno de piedras”, dijo a su término, no encontró oposición y revalidó el título que ya había conseguido el año anterior en Lisboa. De las españolas, la mejor fue Mercedes Calleja, en el puesto 37, quedando el resto como sigue: Teresa Recio (45), Montse Abelló (55), Asunción Sinovas (58), Fátima Paz (81) y Estela Estévez (112).

Fátima Paz, segunda por la izquierda, con Esther Pedrosa en Noia en 1990 (Fotos: El Correo Gallego)

Además de la medalla que se había colgado en los Campeonatos de España de 1984, tuvo la oportunidad de hacerse con otra, esta vez de bronce en 1.500, en 1987 y de nuevo en Barcelona, como ciudad talismán de sus pequeñas hazañas. En esta ocasión también midió su fortaleza en los 800 metros, aunque no pasó del sexto puesto en la final, alejada de la cabeza por lo menos medio mundo porque si Rosa Colorado ganó con 2:04.50, ella se quedó en 2:14.74.

Pero un día después, o sea, el 16 de agosto, Fátima mejoró notoriamente sus prestaciones y se pudo subir al podio de 1.500 en el tercer escalón (había hecho 4:29.21), situándose en el segundo peldaño Lidia Calvo (4:28.30), dejando así el más valioso y visible para Ángeles Rodríguez (4:26.38), de quien Atletismo Español dijo algo tan hermoso como que “asombró al público por su facilidad al correr, por su naturalidad y su arrollador cambio de ritmo”.

Una de las razones por las que dejó de correr en la pista fue debido a que necesitó operarse de los tendones de Aquiles y eso le llevó al asfalto inexorablemente, a las largas distancias, aunque lo de correr en el asfalto lo había experimentado desde muy joven. En 1978 fue la primera mujer en la Carrera Pedestre Popular de Santiago (la volvió a ganar el año 2000), prueba de la que, dice, “nacimos todos, nacieron las populares…”, y de esas competiciones urbanas multitudinarias en las que se inscribía alegremente pasaría años después a los medios maratones (su mejor marca es de 1h15:33 en 1997) sin que por ello se le encogiera el ánimo con tanto kilometraje… Hasta que, sabido es, encontró el éxtasis en el maratón. Ahí vivió otra dimensión.

Fátima Paz, que estuvo integrada en equipos como el CUA , Xerox, Santiveri, Blanco y Negro, Gimnástica y Comesaña Sporting Club, se hizo notar también en Galicia al haber conseguido dos títulos en pista cubierta de 1.500 metros (1988 y 1990) y cuatro al aire libre, dos de 1.500 y otros dos de 3.000 (1984, 1985 y 1986).