Un doloroso maratón

Un auténtico drama. Un calvario. Así resultó para Pedro Nimo (Santiago de Compostela, 1980) el que era su segundo maratón, el que corrió en Berlín el 22 de agosto de 2009 correspondiente a los Campeonatos del Mundo. Y es que lo afrontó con una fractura por estrés en el sacro. “Me iba arrastrando”, reflejó en El Correo Gallego. Estuvo batido por el permanente dolor. Pero no por ello dejó de correr la ansiada prueba y su actitud tuvo que ser altamente valorada por heroica. La ocasión lo requería. No podía haber concesiones a la flaqueza porque estaba defendiendo los colores de España. Terminó en el puesto 67º entre 70 atletas clasificados, con un pésimo tiempo:  2 horas 36 minutos 39 segundos.

Pedro Nimo corriendo el maratón de los Mundiales 2009

“El compostelano a las órdenes de Manuel Pascua hizo un ejercicio de sufrimiento profundo, de luchar contra todas las adversidades”, refiere Atletismo Español. “Su éxito, su triunfo, fue terminar…” También indica que Pedro Nimo tuvo “que ser infiltrado para salir a las calles de Berlín, después de semanas con problemas físicos que no remitieron lo más mínimo”. Hay, en el texto, un reconocimiento por la manera en la que se comportó. “Y decidió darlo todo, hasta lo imposible, no rendirse y no bajar los brazos en su debut en unos Mundiales, quizá a costa incluso de problemas mayores”. Y hasta en ese momento de la conclusión se agranda todavía más su figura. “Dio un ejemplo de soportar el sufrimiento, de cumplir con los valores que le han inculcado en casa, y esa debe ser su satisfacción personal, aunque llegara a (…) meta destrozado y apenas sin poder andar”.

Las consecuencias de haber corrido en tales condiciones le dejaron mermado durante un largo tiempo. Pagó un alto precio por aquella generosidad. “La lesión”, recuerda, “me destrozó y estuve casi tres meses con dolor hasta para vestirme, imposible casi cualquier actividad cotidiana… Ni hablemos de correr”.

Teniendo como punto de referencia la Puerta de Brandeburgo (allí se dio la salida a las 11.45 horas y allí se estableció la meta), el maratón mundialista berlinés se desarrolló por un circuito llano de 10 kilómetros y sometido a un insolente calor debido a un sol demasiado vivo. El keniano Abel Kirui, el más rápido del año, se llevó toda la gloria al finalizar en 2h06:54, registro que suponía el récord de los campeonatos. Su triunfo lo cimentó en los últimos cinco kilómetros, derribando primero la ilusión del etíope Deriba Merga y a continuación la del también keniano Emmanuel Kipchichir Mutai, medalla de plata con 2h07:48. En tercer lugar llegó el etíope Tsegay Kebede, 2h08:35.

De los tres españoles que se metieron con entusiasmo en aquella pelea, el mejor acabó siendo José Manuel (Chema) Martínez, con un más que respetable octavo puesto en un tiempo de 2 horas 14 minutos 04 segundos. La agonía por la que pasó Pedro Nimo le sirvió al menos para reconocer su valentía y su afán por querer llegar como premisa básica del buen competidor. Quien acabó retirándose fue Rafael Iglesias.

Hasta Viena se fue Pedro Nimo aquel año 2009 para competir por primera vez en un maratón. Su estreno en la capital austríaca se produjo el 18 de abril, con una actuación de lo más provechosa: realizó una marca de 2 horas 12 minutos 10 segundos quedando en octavo lugar y siendo el primer europeo. Este registro traía además otro regalo y muy apetecible: era mínima para acudir a los Mundiales de Berlín. No podía haber empezado mejor el santiagués esta nueva andadura suya de maratoniano. En esta carrera vienesa triunfó el keniano Gilbert Kirwa (2h08:21) y la novedad era que los atletas de elite “debían ser todos debutantes en maratón. Una medida original que se tomaba por primera vez en una carrera internacional”, según cuenta Atletismo Español. Hubo una participación masiva (29.000 personas).

La selección española, subcampeona de Europa de maratón en Berlín 2018, con Pedro Nimo a la izquierda

El atleta santiagués volvería a retomar la carrera de maratón en 2011, por lo que el 25 de septiembre, de nuevo en Berlín, se olvidó (si es que lo tenía presente) de pesadillas pasadas y sacó todo cuanto podía dar de sí para acabar en 2 horas 13 minutos 34 segundos (se trata del segundo mejor registro que presenta como maratoniano a lo largo de su carrera, habiendo sido el mejor el del día que debutó en Viena). Además este buen tiempo realizado, quedando séptimo, mejoraba la mínima exigida por la Federación Española de Atletismo (2h14:00) para acudir a los Juegos Olímpicos de Londres 2012 (no le dieron la oportunidad de ser olímpico cuando llegó la ocasión -figuraba como suplente- a pesar, tal como rememora, “de estar inscrito y tener los mejores test de lactatos; me dejaron fuera por decisión técnica”).

En este maratón septembrino en Alemania, la actuación más descollante la tuvo el keniano Patrick Makau. Corrió en solitario desde el kilómetro 32 e invirtió un tiempo de 2 horas 03 minutos 38 segundos, con lo que batía la plusmarca mundial del etíope Haile Gebrselassie (2h03:59 desde 2008).

Persiguió ser olímpico en Londres 2012 hasta el último momento, cuando todavía quedaban dos plazas libres (Carles Castillejo ya la tenía asegurada). Pedro Nimo optó por acudir al maratón de París que se celebró el 15 de abril de ese mismo año 2012, haciéndose acompañar del atleta de Arzúa Lolo Penas para que lo ayudase. Antes de partir a la capital francesa comentó en El Correo Gallego que acudía a la cita “en el mejor momento” de su carrera, “con los deberes hechos y la conciencia tranquila. Sólo puedo prometer que me dejaré la piel en cada kilómetro y hoy más que nunca digo que ésta es mi prueba y, por qué no, éste mi momento”.

No vio cumplido su propósito por mucho empeño que puso. Terminó la competición ganada por el keniano Stanley Biwot (2h05:10) en el puesto vigésimo segundo en 2 horas 14 minutos 13 segundos. “El día no fue con el que había soñado. No fue lo que esperaba, ya no solo por el resultado, sino por las sensaciones”, comentaría en Faro de Vigo.

Un viento muy molesto se hizo presente y desbarató cualquier deseo de salir triunfante. Pero tenía un propósito y no quiso salirse de la línea trazada. “Había muchas razones para no pararme”, explicó al periódico vigués. “Lolo Penas renunció a ir a Dublín este fin de semana por venir a ayudarme a mí. Yo había marcado esa carrera en el calendario y si tomaba la salida era para llegar a meta. Quizá si fuera una persona con otro carácter, más fría, con más experiencia o más temple sería capaz de no tomar la salida, o de pararme en el kilómetro 20 y volver a intentarlo en Hamburgo. Pero parece que el destino era que no salieran las cosas y no salieron”.

El único maratón al que se enfrentó en 2013 lo disputó en su tierra, concretamente en A Coruña el 21 de abril, lo que, teóricamente, le aportaba algo más de emotividad. En juego, además, estaba el poder conquistar el título de campeón de España. En la antesala de esta carrera, Pedro Nimo confesaba en El Correo Gallego sus intenciones de luchar por un puesto en el podio y si podía subirse al escalón más elevado, todavía mejor. “Es la prueba más mágica del atletismo, la más compleja, y la idea es intentar ganar”, dijo. “Me motiva ser campeón en mi tierra”.

No pudo ser más que subcampeón porque se encontró con un Javier Guerra muy decidido desde un principio y esto le llevó a la victoria. El segoviano, que debutaba en la distancia, hizo un tiempo de 2 horas 12 minutos 21 segundos. Pero Pedro Nimo no se arrugó en la pelea. Atletismo Español ofrece de él una muy buena imagen: “Nimo, todo pundonor, se marchó a la caza de Javier Guerra. El compostelano llegó a estar a 15 segundos del hombre que mandaba en la carrera, pero a consecuencia de algunos problemas con el avituallamiento, vio como a partir del kilómetro 30, el líder puso tierra de por medio”.

La carrera la concluyó Pedro Nimo en 2 horas 14 minutos 55 segundos, siendo la tercera posición para el malagueño Javier Díaz, 2h18:09.

El santiagués en el maratón de los Campeonatos de Europa 2018

Este Campeonato de España de maratón en A Coruña se celebró días después de que se hubiera producido un atentado terrorista en el muy famoso maratón de Boston. En la ciudad herculina hubo un recuerdo para los fallecidos y todos los atletas que finalizaron la prueba pisaron una réplica de la moqueta del maratón norteamericano.

El de 2014 había de ser un magnífico año para él ya que, invitado por la organización, participó en el muy reconocido maratón de Londres (el 13 de abril) y meses después (30 de noviembre), en San Sebastián, conquistaría el título de campeón de España.

En Londres, donde dispusieron de una liebre de lujo en la figura de Haile Gebrselassie (se retiró antes del kilómetro 20 cuando debía haber conducido el grupo hasta el 30), la victoria se la adjudicó el keniano y plusmarquista mundial Wilson Kipsang (2h04:29), siendo segundo el también keniano Stanley Biwott (2h04:55).

En el que se consideró el maratón con la mejor participación de la historia, con cuatro de los diez atletas más rápidos en liza, Pedro Nimo finalizó en el puesto decimocuarto (tercer europeo, por detrás de los británicos Mo Farah y Chris Thompson) con una marca de 2 horas 14 minutos 15 segundos, habiendo reconocido que los últimos seis kilómetros los completó con escalofríos y mucho sufrimiento.

Fue en las redes sociales donde manifestó “haber sufrido como un perro”, aunque dejando bien claro que había dado “todo cuanto tenía dentro” y estaba feliz con el puesto logrado. “La marca no es ni lo que buscaba ni la que merezco, pero nadie dijo que la vida fuese a ser un camino de rosas”.

El Pedro Nimo que se acercó a San Sebastián en busca de un título con el que darle mayor realce a lo que ya tenía acumulado como atleta, era un Pedro Nimo batiéndose un poco en retirada debido a ocupaciones al margen de lo atlético. Poseía una tienda de deportes y había formado dos equipos (atletismo y ciclismo). “Ahora tengo muchas cosas en la cabeza que antes no tenía, como atender a mis clientes o buscar patrocinadores para mis equipos”, comentó en El Correo Gallego 48 horas antes de correr en la ciudad donostiarra. “Ya no me dedico como antes al atletismo, pero sigo encontrando motivaciones para competir”. Y el 30 de noviembre de 2014, el santiagués, consciente de su capacidad y de que todavía estaba ilusionado con el maratón, logró la victoria en el Campeonato de España.

Pedro Nimo, que entró en solitario en la meta del estadio de Anoeta con 2 horas 15 minutos 57 segundos, realizó, como cuenta Atletismo Español, “una carrera muy táctica”, aguardando a que desfallecieran los rivales que iban por delante. Una vez cubierta la mitad de carrera, Nimo contactó con la cabeza y se puso después al lado del marroquí Hosni Wissen para acabar dejándolo cuando faltaban menos de 10 kilómetros para el final.

Aunque en segundo lugar se clasificó Hosni Wissen (2h17:59), las otras dos medallas en juego se las adjudicaron Eliseo Martín (2h20:10) y Severino Felipe (2h20:17) al ser tercero y cuarto.

Una larga ausencia sobre el asfalto (al menos en ese asfalto de pisadas de maratoniano) durante dos años nos lo volvió a poner en acción el 22 de enero de 2017 en Tarragona. Lo que tenía en mente Nimo ese año recién estrenado era el maratón estadounidense de Los Ángeles el mes de marzo. Y lo que pretendía con su presencia en tierras catalanas era calibrar posibilidades. Lo clarificaba en las redes sociales en estos términos: “… necesito saber si puedo volver a ser competitivo, necesito saber si vale la pena aguantar y luchar unos años más intentando estar ahí…”

Por la izquierda, Camilo Santiago, Jesús España, Javier Guerra, Pedro Nimo e Iraitz Arrospide, subcampeones europeos de maratón 2018 (Fotos: Archivo P.N.)

El Diari de Tarragona habla de “un recorrido duro que sufría a última hora un cambio de trazado” porque los organizadores veían cierto peligro en las “fuertes olas provocadas por el temporal en la costa”. En ese escenario, al gallego no le faltó decisión, se puso muy pronto en cabeza y finalizó en plan triunfador, con récord de la prueba, en 2 horas 18 minutos 12 segundos (el segundo clasificado, Roger Roca, llegó en 2h28:56). Pedro Nimo explicaría pocos días después, en El Correo Gallego, lo que pretendía con aquella incursión suya en suelo catalán: “Lo importante era hacer un entreno muy fuerte…”, y se mostraba contento al afirmar que “el entrenamiento va por buen camino”.

Como tenía previsto, el 19 de marzo estuvo en la salida del maratón de Los Ángeles. Nimo no quedó satisfecho con el noveno puesto conseguido y con la misma marca que había hecho dos meses antes en Tarragona, 2h18:12. La victoria se le llevó el keniano Elisha Barno (2h11:53).

Aquel de Los Ángeles no sería la última comparecencia de Nimo en maratón en 2017 ya que, el 26 de noviembre, acumuló uno más en sus piernas, el de San Sebastián. Lo finalizó en cuarto lugar en 2 horas 15 minutos 12 segundos. Fue vencido por tres kenianos: Hosea Kiprono Maiyo (2h12:55), Mark Kibiwot Kangogo (2h14:33) y Daniel Kipkemboi Kiptoo (2h14:43).

Su periplo maratoniano finalizó con apoteosis. En 2018 acudió a Berlín a los Campeonatos de Europa con la selección española. El 12 de agosto se llevó una gran satisfacción al haber podido colgarse del cuello la medalla de plata por equipos.

Los tres españoles que sumaron puntos para adjudicarse el subcampeonato fueron Javier Guerra, Jesús España y Camilo Santiago. La carrera la ganó el belga Koen Naert (2h09:51) y Javier Guerra, con 2h12:22, se quedó a 13 segundos de poder subirse al podio. Jesús España se clasificó sexto con 2h12:58, y Camilo Santiago fue decimosexto con 2h17:24. El tiempo acumulado por estos tres atletas (6h42:43) solo fue superado por el conjunto italiano (6h40:48).

Pedro Nimo finalizó en el puesto vigésimo segundo con 2h18:43 y el quinto componente de la selección, Iraitz Arrospide, fue el trigésimo cuarto, 2h19:49. En las redes sociales, el santiagués se mostró entre enfadado y feliz al mismo tiempo. Había decidido no infiltrarse el pie y no corrió los últimos 5 kilómetros como le hubiese gustado “a pesar de ir con fuerzas y muy entero” (y clarificaba lo de “entero” precisando si es que se puede ir así a pocos kilómetros ya de meta). Pero para Nimo, aquella carrera supuso un colofón magnífico. “En un mal día soy el 22 de Europa y subcampeón de Europa”, resaltando también que “con este equipo de amigos me marcho al fin del mundo”.