Periodista muy conocido y de peculiar estilo, un maestro de la entrevista, el vigués Pedro Rodríguez (1935-1984) conversó con el gran Mariano Haro poco después de su participación en los Juegos Olímpicos de Múnich 1972, donde había desplegado todo su coraje (algo habitual en él) para quedarse sin el sabor de una medalla. Y el palentino, entre las muchas cosas jugosas que le va explicando, comenta: “Yo batí este año el record de Alvarez Salgado, y me fui a él y le dije: ‘Es el record que peor me ha sabido, Javier. El tener que quitártelo´. Y él me dijo: `Dame un abrazo, Mariano´”. De este hecho no se acuerda el que fue fantástico atleta vigués, aunque en absoluto descarta el episodio tras haberse creado entre los dos una sólida amistad de tantos años juntos por las pistas. Todo indica que el récord mencionado por Haro es el de 5.000 metros que obtuvo en Londres el 14 de julio de 1972, en una carrera en la que terminó cuarto (13:26.03) y en la que Álvarez Salgado fue sexto (13:34.71). De este modo, Mariano Haro acababa con la plusmarca que el gallego había realizado también en Londres el 10 de septiembre de 1971 (13:28.4), donde solo fue vencido por el keniano Kipchoge Keino (13:25.8).

La enorme calidad de Javier Álvarez Salgado (1943) puede verse reflejada, si se quiere, por un dato demoledor que acompaña una trayectoria de mucha brillantez: consiguió 20 récords nacionales (todos ellos perfectamente documentados por la Asociación Española de Estadísticos de Atletismo), 16 de los cuales fueron en pista al aire libre (4 en 3.000 metros obstáculos, 1 en 10.000 metros, 5 en 5.000, 3 en 3.000 y 3 en 2.000) y 4 en pista cubierta (3.000).

Javier Álvarez Salgado batiendo el récord de España de 10.000 metros en Riazor el 12 de abril de 1970 (A.E.)

El primero de sus cinco récords de 5.000 (los cinco fueron logrados en el extranjero) lo obtuvo el 9 de junio de 1966 en París (Francia), disputándose el Memorial P. Mericamp. Allí acudieron el francés Michel Jazy, el belga Eugene Allonsius, el inglés Lachie Steward, el portugués Manuel de Oliveira… y con ellos “un galleguito con el mejor ánimo y la mejor forma”, se escribió en Atletismo Español sobre Álvarez Salgado. Cuando Jazy se puso bravo y dejó a todos atrás, el vigués iba sexto. Pero faltando dos vueltas “se ve a Salgado retornar con fuerza admirable”. Está imparable y sobrepasa rivales. Su ataque parece no tener fin y “su última vuelta pone en pie al público, que ve, asombrado, como gana terreno a su campeonísimo, al que se acerca sobre la misma meta, dejando atrás al resto”. Se impuso Michel Jazy (13:50.6), pero el segundo puesto de Álvarez Salgado llevaba consigo el récord español (13:53.0).

Un año más tarde, el 5 de julio de 1967, corrió los 5.000 en Estocolmo (Suecia) con el mismísimo australiano Ron Clarke que “pretendía mejorar el récord del mundo, para lo que contó con la ayuda de los belgas Roelants y De Hertog, que se retiraron mediada la carrera, después de marcar un vivo tren”, dice Atletismo Español.  En aquella reunión internacional en el Estadio Olímpico, Álvarez Salgado finalizó segundo pero dándole una dentellada a su propio récord para dejarlo en 13:42.0. Solo fue superado por Clarke (13:18.8), quien, sin embargo, no vio recompensado su esfuerzo con la plusmarca mundial.

Sería en el Memorial Bruno Zauli en Roma (Italia), el 20 de mayo de 1971, cuando Álvarez Salgado recortó todavía más su tiempo de 5.000 en una competición con enormes figuras y un resultado apoteósico. “Fue una carrera memorable”, cuenta Atletismo Español, “con el inglés Dave Bedford, quizá el mejor europeo en la distancia estos años, mandando con tren rápido…” Se presentaría el británico primero en la meta con 13:28.0, el yugoslavo Dane Korica acabó segundo (13:35.2), el tercero fue el finlandés Lasse Viren (13:35.2), cuarto quedó el húngaro Lajos Mecser (13.37.0), y en quinto lugar hizo su aparición el vigués en 13:37.4, aventajando al italiano Francesco Arese (13:40.0). Además del rércord español se batieron los de Yugoslavia, Finlandia e Italia. Lo hecho por Álvarez Salgado, con ser mucho, auguraba un futuro todavía más espléndido. Así lo presentía Atletismo Español: “Para nosotros, un excelente record. Pero por la forma expresada en el Estadio Olímpico de Roma, hay que esperar más de Javier Alvarez Salgado, puesto que está en condiciones de mejorar”.

Dos meses después de su actuación sublime en Roma asestó otro recorte a su récord de nuevo en Estocolmo. Porque el 29 de julio de aquel 1971 encareció un poco más los 5.000 al situar la plusmarca en 13:33.6, en una carrera en la que resultó victorioso ante Korica (13:35.2) y Roelants (13:40.0). Y únicamente tardaría otros dos meses en superarse a sí mismo ya que, en Londres, como se reseñó en el inicio del texto, conseguiría su último récord en 5.000 y que sería batido por Mariano Haro.

Fueron, en todo caso, tres plusmarcas en 1971, lo que llevó a un especialista de la dimensión de Pedro Escamilla a centrarse en la figura del gallego. “Estos meses veraniegos han servido para consagrar a un atleta español de manera incuestionable. Las proezas de Javier Alvarez Salgado, sus éxitos en todos los campos, su gallardía y genio, han sido resaltados por cronistas y críticos de otros países”.

Sin embargo, surgía en Escamilla una queja que lo encendía de manera clamorosa. Y no la quiso dejar en el olvido. “Ya se sabe que nadie es profeta en su tierra, pero Javier ha sido tratado por la prensa de España, por regla general, de muy buenas maneras. Ha habido algún periodista de más allá de las fronteras que ha preferido ignorar, casi, a nuestro gran campeón para elogiar al belga Puttemans, que, singularmente, no ha conseguido batir hasta ahora, en ninguna ocasión, al atleta del Celta de Vigo. Esto no tiene mayor importancia; simplemente, que no escarmentamos”.

El vigués consiguiendo en Estocolmo la plusmarca de 5.000 metros en 1967

La Federación Coruñesa de Atletismo organizó el I Trofeo Primavera de Fondo en el estadio de Riazor el 12 de abril de 1970, en el cual Álvarez Salgado batió el récord nacional de 10.000 metros con 28:53.8. En unas “pistas algo blandas y poco cuidadas, aunque siempre eficaces”, sentencia Atletismo Español, el campeón vigués “no tuvo rivales”. Aunque salió con cierta lentitud, no tardó en despegarse del grupo (Juan Hidalgo, Agustín Fernández, Fernando F. Gaytán…), pasando los 5.000 metros en 14:34.0. “Fue a partir de aquí cuando Salgado pareció despertar y, alentado por la masa de aficionados, se fue valientemente hacia adelante…” De hecho corrió los 5.000 metros restantes de manera más rápida al terminarlos en 14:19.8.

Tras el atleta del Real Club Celta, que se adjudicó el trofeo de la reunión, quedaron Juan Hidalgo (Vallehermoso), 29:38.8; Fernando F. Gaytán (Real Madrid), 29:59.0; Rubén Sanmartín (Real Club Celta), 30:28.2; Agustín Fernández (Real Madrid), 30:22.4, clasificándose trece corredores.

El primero de los récords que consiguió en su triunfal carrera fue el de 3.000 metros obstáculos (especialidad en la que se fajó con acierto durante un cierto tiempo) obtenido en Enschede (Países Bajos) el 27 de junio de 1965, en una confrontación de selecciones nacionales de Portugal, Dinamarca, Países Bajos y España, perdiendo el equipo español la clasificación para la Copa de Europa.

De aquella carrera de Álvarez Salgado comenta Atletismo Español que estuvo “excelente de ritmo, seguro en el paso de los obstáculos y decidido a vencer (…) La cabeza no la soltó jamás”. Puso el récord nacional en 8:46.0.

En el Gran Premio Ciudad de A Coruña-I Criterium Mundial Militar disputado en Riazor el 3 de julio de 1966, se habla de un Álvarez Salgado “inmenso, lleno de fuerza y seguridad en sí mismo”. Venció, con récord, los 3.000 obstáculos en 8:38.4, teniendo como su sombra al tunecino Labidi Ayachi, 8:42.2, aunque se quedó descolgado en los últimos 400 metros tras “un fuerte tirón” del vigués.

Sus dos últimos récords de obstáculos los alcanzó en las pistas de Riazor en agosto de 1968 con una diferencia de siete días (el 10 y el 17) y tanto él como Mariano Haro consiguieron la mínima para acudir a los Juegos Olímpicos de México de aquel año.

Día 10. Además de Álvarez Salgado y Haro estuvieron también en la prueba Santiago Ramos y el argentino Domingo Amaison, siendo este el que mandaba cuando se cubrían los primeros 1.000 metros (2:49.0). Se pusieron entonces al frente Salgado y Haro y, superados los 2.000, abandonó Ramos. Mientras Amaison cedía en el último kilómetro, Salgado aguardaba a los 300 metros finales para adelantarse claramente, entrando vencedor en 8:37.6, récord y mínima olímpica. Haro terminaba en 8:39.8, pero sin tener la recompensa del billete para los Juegos. Amaison concluyó en 8:45.0.

Día 17. Al encontrarse en Pontevedra concentrado el equipo nacional se programó un nuevo festival en A Coruña, disputándose otra vez los 3.000 obstáculos con los mismos protagonistas, aunque con la sustitución de Santiago Ramos por el veterano Manuel Augusto Alonso y Rubén Sanmartín. Álvarez Salgado “llevó siempre el mando en esta carrera”, terminó con récord (8:36.4) y arrastró a que Haro, con 8:37.2, consiguiera la mínima para México. Domingo Amaison logró el récord argentino al terminar en 8:41.8, Manuel Augusto Alonso hizo 9:06.8, y Rubén Sanmartín, 9:19.2.

En distancias que no son olímpicas (2.000 y 3.000 metros), también Álvarez Salgado dejó su huella. A una figura de tanta consideración como el barcelonés Tomás Barris le arrebató el 7 de agosto de 1966 el récord de 2.000 que poseía desde 1961. El vigués, en el estadio de Balaídos, lo mejoró por 6 décimas dejándolo en 5:14.0. Y de nuevo en Vigo, el 14 de junio de 1970, volvería a superarse con una marca de 5:13.4, para cerrar este capítulo en Pontevedra, en el estadio de la Juventud, el 30 de septiembre de 1973, realizando 5:12.8.

Carrera de 3.000 metros en pista cubierta del encuentro España-República Federal Alemana en Barcelona en 1969, con Álvarez Salgado en primer término (A.E.)

En el II Memorial Juan José López, organizado en Balaídos el 4 de junio de 1966, nueve atletas (entre los que estaban como destacados Mariano Haro y el santanderino Lorenzo Gutiérrez) se midieron en una carrera de 3.000 metros en la que Javier Álvarez Salgado se hizo muy pronto con el mando y nunca lo cedió. Pasó por los 1.500 en 3:59.3. “Todos habían quedado atrás, y las diferencias aumentaban en forma considerable al avanzar la carrera”, cuenta Atletismo Español. Cubrió los 2 kilómetros en 5:22.5 y concluyó en 8:06.0, récord español. “Cruzar la meta y atravesar el campo para abrazar a su entrenador, Alfonso Ortega, fue todo uno”. Mariano Haro, “ligeramente indispuesto”, fue segundo con 8:23.0, y tercero quedó Lorenzo Gutiérrez, 8:31.6.

Cuatro años después de este primer récord de 3.000, Álvarez Salgado repetiría idéntico registro en Pontevedra, en el Trofeo Boa Vila disputado en el estadio de la Juventud, el 17 de mayo de 1970. Mostró una superioridad incontestable (Rubén Sanmartín finalizó segundo en 8:41.8).

Álvarez Salgado se erigió en actor principal, en versión masculina, en la decimosegunda edición del Trofeo Canguro disputado en el recinto madrileño de Vallehermoso el 6 de junio de 1970. Con aplomo se puso al frente de los 3.000 metros y aunque “se le intentó seguir”, siendo Alberto Esteban el que se arriesgó, fue en vano; “… cuando Esteban dejó la prueba, Javier tuvo que conformarse con un esfuerzo en solitario y con el aliento de los espectadores”. Cuando traspasó la meta tenía en su haber el récord (8:03.6). Antonio Burgos se clasificó segundo (8:22.4), tercero fue Fernando Fernández Gaytán (8:23.8), siendo sexto un portugués que le dio mucho lustre al atletismo de su país: Carlos Lopes (8:29.6).

En unas pruebas de selección para configurar el equipo español que habría de enfrentarse al de la República Federal Alemana en pista cubierta, Álvarez Salgado obtuvo el 8 de febrero de 1969 en Barcelona (en el pabellón número 1 de la Feria de Muestras) el récord nacional de 3.000 metros con 8:02.0, siendo segundo José María Morera, 8:04.8, y tercero, Fernando Aguilar, 8:19.0.

Siete días después, el 15, en el mismo escenario, se llevó a cabo la confrontación con los alemanes (estos no contaron con sus mejores representantes para algunas pruebas). Hubo tres triunfadores españoles (Álvarez Salgado, Borraz y Blanquer) pero el resultado final fue claramente germano: 75 puntos frente a 46.

En los 3.000, el atleta de Vigo estuvo “impresionante”, en afirmación de Atletismo Español, tanto que finalizó con victoria y récord nacional: 7:58.6. De la carrera que hizo se comenta que “sólo caben elogios. El público enfervorecido le obligó a dar entre vítores una vuelta de honor al anillo de la pista”. El mejor alemán fue Werner Girker, segundo, 8:00.4.

Sería en Belgrado (Yugoslavia), con motivo de los IV Juegos Europeos, donde Álvarez Salgado seguiría limando tiempo a su récord de 3.000. El 9 de marzo de 1969 los corrió en 7:56.2, fue segundo y medalla de plata, superado únicamente por el británico Ian Stewart, 7:55.4.

Año 1970. Primera edición de los Campeonatos de Europa en sala celebrados en Viena (Austria). Al gallego le correspondió participar en la segunda serie eliminatoria de 3.000, clasificándose en cuarto lugar con 8:13.8, “pero se dio un auténtico paseo”.  En la final (15 de marzo), “donde llevó en gran parte el peso de la carrera, a un ritmo extraordinario”, conquistó la medalla de bronce y el récord: 7:52.4. Álvarez Salgado fue batido por el británico Richard Wilde, 7:47.0, y el alemán federal Harald Norpoth, 7:49.6.

Hasta el 22 de febrero de 1987 tuvo Álvarez Salgado en su poder la plusmarca de 3.000 con sus 7:52.4 de Viena. Se la arrebató el toledano José Luis González y, con tal motivo, el vigués se puso en contacto con él para decirle que se “sentía muy orgulloso de haber sido batido por el más grande de los corredores de medio fondo que ha tenido nuestro país”.