Al lado de los forzudos

José Teixeira, con la camiseta del Real Madrid.

José Teixeira, con la camiseta del Real Madrid.

De los II Juegos Mediterráneos de 1955 en Barcelona, José Teixeira (Ponteareas, 1928) salió recompensado con un bronce en los 3.000 metros obstáculos, la prueba en la que siempre destacó, en la que obtuvo a lo largo de su carrera tres títulos nacionales (1951, 1953 y 1955) y el récord (9:10.0 en 1953, en París). La de José Teixeira fue una de las cinco medallas que obtuvo en aquel acontecimiento el equipo español, constituido por 49 atletas, solo hombres. El oro lo consiguió Bernardino Adarraga en decatlón, Luis García se adjudicó la plata en 10.000 metros, y Pedro Apellániz y Francisco Villoldo se hicieron con el bronce en jabalina y en 50 kilómetros marcha.

Se lo pasó bien el pontevedrés en aquella relevante competición, en la que brillar ya era todo un éxito. Relata que en un principio no estaban cómodos en el hotel asignado debido a que los mosquitos les impedían dormir, por lo que tenían que cubrirse la cara. Se subsanó la cuestión cuando los atletas fueron trasladados a una residencia de estudiantes, de vacaciones en julio.

“A mí me encantaba acompañarme de los forzudos”, dice refiriéndose a los lanzadores Miguel de la Quadra-Salcedo y Lorenzo Martínez. “Tenían una fuerza descomunal. Me llamaban Caramuxo porque era muy poquita cosa. Y me cogían entre ellos y me manteaban, me lanzaban de uno a otro por el aire. Yo tenía muchísima amistad con esa gente”.

Recuerda, de manera graciosa, un suceso de esos días que posiblemente esté ya muy extendido. “A De la Quadra-Salcedo y Lorenzo se les ocurrió entrar en un cine y gritar `¡fuego!, ¡fuego!´ La gente empezó a correr y a los cinco minutos ya nos tenía controlados la policía. A ellos los expulsaron, los mandaron a casa; a mí no porque me decían que era muy inocente”.

Cuando cita al famoso reportero de televisión Miguel de la Quadra-Salcedo lo hace con admiración y cariño. “Una vez íbamos a entrenar a Montjuic y la sorpresa fue que cuando llegamos allí, él estaba subido a unos caballos que hay en la fachada del estadio `¡Eh, estoy aquí!´, se ríe al recordarlo. “Era terrible”.

Se hizo atleta en Ponteareas, entrenándose al anochecer, una vez que dejaba de trabajar de albañil con su padre. Después de estar corriendo por donde fuera, le esperaba un baño en el río o un cubo de agua por la cabeza. En invierno y en verano. “Claro, porque no había ducha. Eran tiempos muy difíciles”. A Vigo se desplazaba en el coche de línea cuando lo invitaban para competir. Y su padre, para verlo, hacía el recorrido en bicicleta. De regreso a casa, el ciclista era José y su padre se subía al autocar.

Para poder familiarizarse con los obstáculos, José Teixeira tenía una solución. “Iba para el campo de fútbol, ponía unas cañas y me hacían de obstáculo. Y otras veces, pues chicos que estaban por allí viendo, me animaban y me cogían las cañas para ponerlas a la altura… Bueno, todas esas cosas”.

En 1951 integró el equipo español frente a Portugal en Barcelona, aunque con la mala fortuna de que, al tratar de superar la ría, acabó cayéndose en ella. “Tropecé con las zapatillas de clavos que nunca había usado. No estaba acostumbrado. Perdí el equilibrio y marché de cabeza. De cualquier manera gané la prueba”. Lo de retirarse no iba con él. “Yo nunca me retiré en una carrera. Jamás”. En efecto, se impuso en los 3.000 obstáculos del encuentro internacional con 9:42.4, seguido de su compañero Escudero, 9:49., mientras los portugueses J. Araujo y A. Guedelma quedaron bastante alejados con sus 10:09.2 y 10:38.2. España venció por 114 puntos a 97.

A finales de 1949 fue destinado a Madrid para cumplir el servicio militar y en la capital de España, fichado por el Real Madrid, fue creciendo poco a poco atléticamente, aunque ya en 1948 había conquistado el título nacional del Frente de Juventudes de 3.000 obstáculos. José Teixeira se hizo notar considerablemente en la mili y se impuso, en 1951, en el torneo nacional para militares tanto en cross como en los 3.000 obstáculos. Este de 1951 fue un año estupendo para él porque, en Barcelona, sumó su primer título español absoluto en pista, al superar, en los 3.000 obstáculos, con 9:40.6, a Escudero, 9:52.4, y a Boixaderas, 9:56.

Colgó su uniforme militar en las postrimerías de 1951 y entonces regresó a su tierra gallega. En el boletín Alerta, de la Asociación Viguesa de Atletismo, de enero de 1952, explicó el motivo de su retorno: “A pesar de que me ofrecieron un buen empleo en Madrid, desistí de quedarme porque añoraba a Galicia y a mis paisanos. Siempre los añoré y especialmente en los días de mis mejores triunfos, que hubiera deseado de corazón ofrecérselos a Galicia”.

Al ser preguntado por los motivos de su rápido progreso, lo atribuyó a su participación en numerosísimas pruebas con rivales de calidad. También señaló que había corregido su estilo, contando con la orientación de un “entrenador competente” como Antonio G. Urtiaga. Y existía, además, un tercer factor, que no era otro que el ambiente que se vivía en la capital y que para él resultaba “tan estimulante y agradabilísimo”.

Los hermanos Teixeira en acción. José, a la izquierda, seguido de Antonio

Los hermanos Teixeira en acción. José, a la izquierda, seguido de Antonio

En 1953, en el Campeonato de España de cross celebrado en la Casa de Campo en Madrid, se vio superado por José Coll y Antonio Amorós, pero tanto él como su hermano Antonio (fallecido en 1995), que fue séptimo, dieron batalla en toda regla. Lo reflejó así Marca: “Detrás vienen los hermanos Teixeira en colosal carrerón, sobre todo por parte del pequeño Antonio, pues la clase de José ya es conocida de sobra, ambos se ayudan y van pasando catalanes”. Los buenos puestos de los Teixeira unido al decimoquinto de Enrique Freitas les valió para que su club, la SD Juvenil de Ponteareas, ganara el título por delante del RCD Español y el Real Madrid.

Al frente de la SD Juvenil estaba José Castro, quien acabaría siendo alcalde de Ponteareas durante muchos años. “Nos llevó a Madrid una semana antes del cross y nos tuvo allí entrenando sobre el recorrido. Yo creo que fue una buena idea”. Y el regreso a casa fue apoteósico. “Nos fueron a buscar a Salvaterra en coche y todo”. El regidor de la ciudad poseía una empresa de autocares, la empresa Ojea, y los puso a disposición de los aficionados que se volcaron en un recibimiento increíble.

En este año 1953, en San Sebastián, alcanzó su segundo título nacional de 3.000 obstáculos con un registro de 9:43.2. José Corominas escribió de esta prueba en el boletín de la Federación Catalana: “Fácil triunfo de José Teixeira, seguido de su hermano Antonio, indudablemente la mejor pareja española del momento actual. Carrera llena de prestigiosos nombres –nada menos que tres campeones anteriores y el internacional Escudero- pero cuya marca no pasa de discreta. Y es que el esfuerzo constante de toda la temporada se acusa necesariamente y Pepe Teixeira, como en el caso de Giménez, ha llegado a los Campeonatos ya “quemado”’.

Estadio Jean Bouin de París. Días 13 y 14 de junio de 1953. Por tercera vez se enfrentaban atletas de París, Stuttgart y Barcelona. Con el equipo catalán formaba José Teixeira (también lo hizo el velocista gallego Jesús Hermida Cebreiro), que fue el único del conjunto que ganó una prueba, en este caso los 3.000 obstáculos. La carrera se disputó el día 14 (el 13 había corrido 1.500 en 4:03.6) y su marca de 9:10.0 era récord de España. Tras él quedaron Thum (Stuttgart) 9:22.2, Chickhame (París) 9:42, Niesser (Stuttgart) 9:57.8, Nicot (París) 10:01.6 y Guixá (Barcelona) 10:28. El triangular lo ganó París, seguido de Stuttgart y Barcelona.

De duro golpe hay que calificar el hecho de que estuvo todo el año 1954 sin poder correr, al ser sancionado por la Federación Española. Lo habían seleccionado para competir en Inglaterra y por carta le indicaron que debía presentarse con los demás atletas en San Sebastián, pero el viaje a la ciudad donostiarra tenía que sufragarlo él. Aquella decisión le pareció inapropiada. No veía justo tener que abonar aquel desplazamiento y optó por no viajar. La represalia le costó un año de inactividad.

José Teixeira, que fue seis veces campeón gallego en pista y tres veces internacional absoluto (una en el Cross de las Naciones), se hizo con su tercer título nacional de obstáculos en Barcelona en 1955. Allí, con 9:27.6, superó a Félix Midegui, 9:31.8, y a Manuel Augusto Alonso, 9:34.8. De aquel momento se escribió: “José Teixeira demostró que sigue siendo el mejor corredor de steeple”.