El  maravilloso año 1961

Virgilio González Barbeitos

Toda su energía como corredor de 400 metros la concentró Virgilio González Barbeitos (Ponteareas, 1941) de manera exclusiva en 1961, cuando todavía no había cumplido 20 años. Fue capaz de superar el récord de España en cinco ocasiones. Lo llevó desde unos iniciales 48.5 hasta los definitivos 47.5, su mejor marca. En esta distancia fue campeón nacional dos veces (1960 y 1961).

El punto de partida se produjo en la cuarta edición del Gran Premio Ciudad de Vigo, donde igualó la marca absoluta, 48.5, en poder de Rancaño y López Amor, pero aquel registro, que le valió para ganar la carrera por delante del entonces prometedor juvenil Rogelio Rivas (50.7), tenía otro importante significado: era nuevo récord nacional de la categoría júnior.

Barbeitos se quedó en solitario con la plusmarca el mes de mayo, en la Ciudad Universitaria madrileña, corriendo fuera de concurso en un duelo entre estudiantes del SEU de la capital española y de la ciudad francesa de Burdeos. Mantuvo una cerrada lucha con López Amor al que superó por cuatro décimas: 48.2 por 48.6.

El siguiente zarpazo al tope nacional de 400 se produjo en el encuentro España-Francia B (con varios olímpicos galos, lo que le otorgaba una fortaleza excepcional), celebrado en las pistas del Parque Sindical Puerta de Hierro en Madrid, el 17 y 18 de junio. La selección española perdió 88-123, pero una de las pocas victorias del equipo nacional la obtuvo Barbeitos (48.1), con una actuación extraordinaria. Su carrera fue calificada de enorme.

Y pocos días después, en Lisboa, en un enfrentamiento de categoría júnior en el que España venció a Portugal (103 a 98), Barbeitos volvió a estar otra vez sensacional y superó la barrera de los 48 segundos, llevando el que ya era su récord hasta 47.8. Tan continuados éxitos, no supusieron para él sorpresa alguna, o al menos así lo reflejó en una entrevista en Atletismo Español: “Tenía mucha confianza. Torres, mi entrenador actual, predijo que iba a andar alrededor de los 48 segundos y no se equivocó. Anteriormente, cuando entrenaba con Miró, siempre me dijo que podía hacer buenos tiempos en 400 metros”.

La que sería su quinta y definitiva carrera con récord estuvo recompensada, además, con su segundo título nacional, ya que, en Montjuic, en julio, se celebraron los Campeonatos de España de 1961. En el estadio barcelonés, Barbeitos ganó la final con solvencia (47.5), por delante de López Amor (48.8) y de Rancaño (49.2). El pontevedrés mejoró el récord de  la pista y cinco de los finalistas bajaron de 50 segundos, lo que fue visto como algo sorprendente.

Barbeitos, izquierda, y Alberto Esteban peleando por la victoria de 800 metros en los Campeonatos de España de 1964 en Madrid

De las cinco ocasiones que superó el récord de España de 400 sobre pistas de ceniza, de la que guarda un especial cariño es de la primera, cuando corrió en su tierra. “Yo estaba en Madrid y vine a Galicia. El Gran Premio Ciudad de Vigo tenía muchísima fuerza. El Ayuntamiento traía las mejores figuras. Toda la grada de Balaídos estaba llena de gente. Vigo iba a las pruebas y vio aquel récord por un vigués, claro, de una forma muy agradable. Luego todo lo demás casi daba la sensación de que llegaba”.

Virgilio González Barbeitos tenía pocos meses de vida cuando dejó Ponteareas y pasó a residir, con sus padres, en la provincia de Girona, donde estuvo por espacio de seis años. De regreso a Galicia, Vigo fue su ciudad. En ella se inició en el atletismo. Se dio a conocer en unas competiciones por barrios que organizaba en Balaídos el catalán Luis Miró, quien acabó siendo su entrenador. “Luis Miró”, dice, “contagiaba el entusiasmo que tenía por el atletismo a todo lo que le rodeaba”. En 1959, en Madrid, quedó campeón de España juvenil de 400 metros (50.9) y ese mismo año ya ingresó en la Residencia Moscardó. Y estando en la capital del país fue enriqueciendo su vida en todos los órdenes. “Madrid lo llevo en el corazón. Son veinte años los que pasé allí. Fueron fantásticos en todos los aspectos, como enseñanza, como estudio, como principio de carrera, como vivencias deportivas… Pero el retorno siempre es Vigo”.

Dejó de ser corredor de 400 y se convirtió también en un destacado especialista de 800. El 7 de junio de 1964 corrió en el VI Trofeo Canguro, en Madrid, los que fueron considerados como los mejores 800 metros de la historia del atletismo español. En ellos sobresalió el inglés Fleet, pero Barbeitos, que pertenecía a la Sociedad Atlética de Vigo, le dio alcance a falta de 150 metros para la meta y a su vez se mostró irresistible en la última recta. Venció con 1:49.4, convirtiéndose en el primer gallego que superaba el 1:50. Segundo quedó Fleet, 1:49.6, y el tercero fue Eloy Martín, 1:49.8. El gran Tomás Barris finalizó aquella memorable prueba en cuarto lugar, 1:50.3.

Encuentro España-Dinamarca en julio de 1963 en Vallehermoso. Barbeitos, a la izquierda, corriendo los 800 metros (fotos: Atletismo Español)

Barbeitos, que fue internacional en 26 ocasiones, obtuvo el título español de 800 metros tanto al aire libre (1967) como en pista cubierta. Y su mejor marca, 1:48.1, la consiguió en junio de 1968 en Vallehermoso, en la décima edición del siempre atractivo Trofeo Canguro. No le inquietaron demasiado y eso probablemente le impidió realizar la marca mínima para poder acudir a los Juegos Olímpicos de México de aquel año. Se quedó a una décima del objetivo. Y años antes, en 1964, peleó con Alberto Esteban para estar presente en Tokio y tampoco había alcanzado su propósito, esta vez por dos décimas. Y en 1960, con motivo de los Juegos de Roma, se quedó fuera porque era joven. Lamentablemente, Barbeitos no fue olímpico. “Fue algo raro”, comenta. “Tenía que haber ido de sobra”.

Su presencia en los Juegos Mediterráneos tuvo la recompensa de dos medallas de plata y una de bronce. En Nápoles 1963 fue quinto en la final de 800 metros y plata en 4×400 con Suárez Garrudo, Arteaga y Cano (los españoles hicieron 3:13.7 y los franceses 3:11.8). Y en Túnez 1967 acabó tercero en 800 con 1:54.7 (el oro se lo llevó el francés Toussaint, 1:54.3) y en el relevo largo volvió a ser plata con Rogelio Rivas, Ramón Magariños y Álvaro González, con una marca de 3:15.9 (los italianos vencieron con 3:12.6).

Desde siempre sintió Virgilio González Barbeitos una fuerza irresistible por entrenar. “Incluso los dos últimos años míos de atleta ya estaba de entrenador en colegios. Yo entrené al Real Madrid, fui seleccionador nacional júnior y responsable de 400…” Si no acude a las pistas tiene la sensación de que le falta algo durante el día. “Lo necesito”. Es un asiduo a Balaídos. Entre sus atletas figura Virginia Villar, por ejemplo, que acabó batiendo el récord gallego de 100 metros que tenía una antigüedad de 17 años. Pero posiblemente el atleta más popular al que entrenó, en este caso en la capital de España, es Alfredo Pérez Rubalcaba, el político socialista. “Era un hombre que entrenaba todos los días, muy inteligente”. Lo define como un buen velocista. Llegó a correr los 100 metros en 10.9. “Era demasiado perfeccionista. En los tacos se ponía nerviosísimo”.