¡Deja los patines y corre!

Posiblemente viviera la vida de manera más cómoda sobre patines, y con ellos jugando al hockey, en el que fue un pionero en la tierra gallega, pero Jorge Doncel (A Coruña, 1926-2014) se encontró un día de 1946 con el atletismo y se aferró a él con la fuerza de quien posee un deslumbrante tesoro. Supo disfrutarlo. Se convirtió en un sobresaliente corredor de 400 metros, quedando campeón de España en 1950, después de haber hollado el podio por partida doble en 1949 (plata en 800 y bronce en 400). Fue internacional en dos ocasiones, con Suiza y Portugal de contrincantes. Posteriormente, entregó mucho de su tiempo a ser dirigente y también juez. Por eso puede lucir con orgullo sendas Insignias de Oro de la Federación Española y de la Federación Gallega

Antes de llegar a ponerse los patines, aquellos cuyas ruedas de madera compraban en la tienda Moya, en la calle Real, Doncel estuvo remando unos años en la trainera La Farruca, del Liceo de Monelos, constituida por gente del barrio de Las Jubias, aunque nunca llegó a competir por ser muy joven. Pero sí realizaba los entrenamientos, desplazándose con la embarcación desde Las Jubias hasta A Coruña, Mera y El Burgo, y final en Las Jubias.

De izquierda a derecha, Jorge Doncel, Miguelín, Atienza y Nicasio Lorenzo, relevistas de 4×400 m. en Riazor en 1946

En la hermosa Plaza de María Pita los espectadores solían arremolinarse para presenciar con frecuencia carreras sobre patines. Doncel era uno de los jóvenes que se hacía notar en aquellas programadas yincanas que tanto agradaban. El coruñés se manejaba bien con los patines. Practicaba alrededor del estadio de Riazor. Incluso llegó a tener a su cargo la pista Olimpia, lugar en el que se enseñaba a patinar y donde los más diestros podían adentrarse en el patinaje artístico. ¡Cuánto fervor por los patines! ¿Acaso no es fervor la admirable aventura que protagonizó en los primeros años 40 y que contó en el rotativo DxT Campeón en 2011? “Un grupo de amigos fuimos en patines a Ferrol para ver jugar el Deportivo”, dijo. “Salimos por la mañana, temprano, y llegamos con tiempo para ver el partido. La vuelta fue más dura, pero a nuestros años no había nada que se resistiese”.

Las puertas del hockey sobre patines se abrieron en A Coruña (y en Galicia) en 1941 por mediación del catalán José María Sastre, que estaba cumpliendo el servicio militar en la ciudad coruñesa. En la web de la Federación Gallega de Patinaje se explica que Sastre contó con la colaboración del periodista José Luis Bugallal para, a través de diferentes medios, darlo a conocer en toda la región. Pero también señala que Sastre tuvo el apoyo de Jorge Doncel, que le “facilitó el nombre de varios futuros jugadores”. Y así, colocada la primera piedra, en mayo de 1942 se celebró el primer partido de hockey en el Leirón del Casino, en la calle Juan Florez, entre los equipos del Real Club Deportivo y el Casino, figurando en ellos Antonio López, Eladio Rodríguez Rincón, José María Sastre, Juan Sáenz Chas, Waldo Mourelo, José Luis Cifuentes, Fernando Solórzano, Juan Varela… También jugó, ¡no podía ser de otro modo!, Jorge Doncel, y lo hizo en el Real Club Deportivo, su equipo de siempre (además perteneció una temporada al Santa Lucía), en el que tanto podía actuar de  portero como de defensa o delantero.

Equipo de hockey del Real Club Deportivo. Jorge Doncel es el segundo por la derecha, en cuclillas. Vestido de calle el masajista Cucarella y a su lado, Bremón, que fue un destacado atleta

Los jóvenes jugadores de hockey se afanaron para expandir aquel deporte nuevo que poco a poco fue cogiendo consistencia en A Coruña. Situaban sus canchas de juego en la vía pública, un espacio que barrían y pintaban ellos mismos. Se fueron curtiendo en los provisionales escenarios de la Plaza de Pontevedra,  la Plaza de María Pita,  la Rotonda de Riazor, el Centro Cultural y Deportivo de Santa Lucía… Pero también tuvieron la oportunidad de salir a jugar fuera del propio ámbito. “Tomé parte en unos campeonatos que se celebraron en Madrid”, indicó. “Era la época en que las pensiones valían 30 pesetas. Pasamos un hambre atroz, comiendo a base de lechuga y mortadela. Pero la juventud podía con todo”.

¿Y cuándo llegó el atletismo? “Unos amigos me llamaron en 1946 y no se me dio mal”, comentó. “La verdad es que entrenábamos mucho más que a hockey y mucho más en serio”. Se entrenaba tres días a la semana a razón de aproximadamente un par de horas cada día. “Para entonces ya era una dedicación bastante intensa”. Y en este su primer año de profesar el deporte atlético acabó logrando la sexta mejor marca nacional en 800 metros (2:01.9), prueba en la que mandaba Juan Bautista Adarraga (1:56.9).

En los Campeonatos de España de 1947, celebrados en Montjuic, corrió la final de 800 metros, siendo sexto, pero del recinto barcelonés pudo irse con una medalla de plata, la que consiguió en 4×400 con el equipo de Galicia, 3:36.6, en unión de López de Alda, Martínez y Moncho Rodríguez. Solo los superó Cataluña, 3:30.8. Y, además, en este año 1947 tuvo la satisfacción de quedar campeón español militar de 400 metros.

Pasó por el certamen nacional de 1948 en Avilés con un cuarto puesto en la final de 400, escribiéndose de él que “es capaz de conseguir actualmente 52.0 si se prodigase con más inteligencia”. Y en la final de 800 acabó quinto.

Jorge Doncel, izquierda, en la final de 800 metros de los Campeonatos de España del Frente de Juventudes en Riazor en 1946

Volvería al estadio de Montjuic en 1949 para empezar a poner las cosas en claro puesto que, en 800 metros, fue el segundo en la meta con 1:57.5. La victoria se la llevó el catalán Macías, 1:57.2, y la tercera plaza la ocupó Adarraga, 1:59. Pero es que también corrió la final de 400 en 52.5, que le valieron para ser tercero, detrás de Rohrbach, 51.3, y Gómez, 52.5. Y José Corominas, en un comentario resumen del año, significó, con respecto a la distancia de 800, que “Doncel ha hallado su verdadera prueba”. Este año 1949, el coruñés lo finalizó segundo del ranking en los 800 por su registro de 1:57.5, aventajado únicamente por Macías, 1:57.1.

Fue en Burgos, donde se celebraron los Campeonatos de España de 1950 los días 15 y 16 de julio, cuando Jorge Doncel alcanzó la cúspide, al conseguir el título nacional de 400 metros. Aquella final la corrió en 51:3, escoltándolo en el podio el catalán Tello, 51.9, y el también coruñés Bremón, 52.0.  Para los guipuzcoanos Gómez y Pérez fueron la cuarta y quinta posiciones con 52.5 y 53.0, cerrando la clasificación el castellano Gaspar, 53.8.

No tuvo el mismo éxito cuando afrontó la final de 800, conformándose con ver cómo se imponía otro coruñés, Julio Castro, en 1:59.0. Doncel terminó cuarto en 2:01.3.

En el boletín de la Federación Catalana de 1950, en el texto que recoge lo más destacado que se había hecho en 400 y 800, se escribe: “Doncel demuestra lo que ya prometía cuando quedó campeón nacional del Frente de Juventudes”.

En Riazor, dispuesto para la salida

Los colores de la selección española los defendió en dos ocasiones en 1950, el año que habrá que considerar como colosal para él. Acudió a Barcelona el mes de junio para integrar, frente a Suiza, el relevo 4×400 con Sainz, Junqueras y Fórmica. Lo que quedó reseñado de esta actuación colectiva fue: “Aun consiguiéndose una media de 51.1, no se pudo superar a Suiza, que ganó con 3:21.8, superior incluso a la máxima española”. El cuarteto hispano hizo 3:24.4. Y el resultado final del encuentro se resolvió a favor de los suizos.

Mayor protagonismo internacional tuvo Jorge Doncel en Lisboa, contra Portugal, en los primeros días de agosto del referido 1950, porque intervino en los 400 y en el relevo 4×400. Sin embargo, su participación fue merecedora de una dura crítica: “No nos recordó en nada sus anteriores actuaciones. Adoleció de preparación, y es una lástima, porque condiciones no le faltan para llegar a ser una primerísima figura del atletismo nacional”. Doncel, con 53:1, se vio superado por los lusitanos A. Dias, 52:3, y N. dos Santos, 52.9. La cuarta plaza la ocupó Fórmica, 53.4. 

Los cuatro hombres españoles del relevo largo, Junqueras, Tello, Doncel y Fórmica, con 3:29.2, no fueron capaces de doblegar a los portugueses, que se impusieron con 3:26.5. El encuentro lo ganó Portugal por 109 puntos a 101.

En el marco gallego, Doncel alcanzó nueve títulos entre 1947 y 1951, en sus pruebas habituales de 400 y 800, además de uno en 400 vallas. Y figura en la tabla de récords con un total de cinco (tres de ellos de relevos), sobresaliendo el de 800 metros (1:57.5) que consiguió en los Campeonatos de España de 1949, lo que consideró como su “mayor satisfacción”, según confesó en el boletín Atleta de la Asociación Viguesa de Atletismo de febrero de 1952, año en que dejó de competir.

Que el atletismo le caló hondo al Jorge Doncel amante del deporte, lo atestiguan sus rotundas palabras recogidas en DxT Campeón: “En mi vida, el atletismo ha tenido un protagonismo fundamental y yo he dedicado mucho de ella a este deporte, como atleta, como directivo y como juez y cronometrador. Me lo he pasado muy bien y no me arrepiento de ello”.