Los atletas vigueses tuvieron, en la década de los 50 del pasado siglo, dos enfrentamientos con representantes del Norte de Portugal (atletas de Oporto) que se saldaron con sendos triunfos portugueses en Balaídos; y aunque intención hubo de repetir esta experiencia en el país vecino, la idea no acabó fraguando. Pero en aquellos años en los que se insistía en mirar atléticamente hacia el sur, también el Real Club Celta peleó con el equipo del Fútbol Club Oporto, al que venció, completándose ese especial momento con un partido de fútbol entre el Celta y el Sporting de Braga.
Fijado para el 9 y 10 de agosto de 1950 el primer “match” Vigo-Oporto, días antes los vigueses tuvieron la oportunidad de mostrar su estado de forma en el Trofeo Pista Atlética, competición que sirvió al mismo tiempo para determinar qué atletas podían ser seleccionados para medirse con los lusitanos. Según la tabla finlandesa, el mejor de la reunión fue el velocista José María Estévez quien, en la doble jornada, se impuso en los 100 metros (11.5), eso sí, “en una pista verdaderamente infame”, se lee en Faro de Vigo, también en los 200 metros (24.5) y en salto de altura (1,60); y por sociedades el primer puesto lo obtuvo el Celta, seguido del Comesaña, Bosco y Alerta.
El 30 de julio ya estaba configurado el grupo vigués (la preselección), un total de 30 atletas, que, informa la prensa, “deberán concurrir a los entrenamientos diarios que desde el martes próximo y después de las siete y media de la tarde se verificarán en el estadio de Balaídos”; el sábado 5 de agosto ya se dio a conocer el equipo definitivo, con sus titulares y suplentes.
Y de inmediato se supo lo que traía consigo el conjunto de Oporto. No era poca cosa. “Los portugueses han anunciado el desplazamiento de figuras atléticas de singularísimo relieve. Destaca entre ellas el atleta olímpico Joao Nuno de Morais, que actualmente posee los récords de Portugal de 100 metros en 10”6/10 y 200 metros en 22”1/10, marcas de primerísima calidad en Europa y muy superiores a las propias de España”. Se cita igualmente al muy curtido recordman de disco y martillo Herculano Mendes, el también lanzador Antonio Tender, con 40 metros en disco y 12 en peso, el saltador con pértiga Joao Montalvao… A la expedición portuguesa la fue a esperar a la frontera varios dirigentes de la Asociación Viguesa de Atletismo, “trasladándose a Vigo en autocar”.
El conjunto de Vigo, que se encontró con la sensible baja de uno de sus puntales, Roberto Rodríguez-Ozores, terminó la primera jornada del duelo con 43 puntos, diez menos que los que mostraba Oporto. El equipo local consiguió imponerse en cuatro pruebas: José Antonio Moreno, 38,11 en martillo; Alberto Soliño, 18.3 en 110 metros vallas; Fernando G. Costas, 44,10 en jabalina; y el cuarteto de 4×400 (Ocenda, Pascual, Jané, Lopo), 3:41.8. Para la representación de Oporto las victorias fueron cinco: Eugenio Lopes, 6,572 en longitud; Joaquin Alves, 16:10 en 5.000; Armando Chaves, 2:07.6 en 800; Montalvao, 3,30 en pértiga; y Nuno de Morais, 23.2 en 200.
Tras el segundo día de competición, Oporto se alzaba con el triunfo definitivo al conseguir 110 puntos por 82 de su rival. Los portugueses vencieron en siete de las nueve pruebas: Eugenio Lopes, 1:01.1 en 400 vallas y 13,26 en triple salto; Antonio Tender, 11,05 en peso y 36,45 en disco; Nuno de Morais, 11.1 en 100; Joaquin Maia, 53.7 en 400; y Verdial Lopes, 4:18. en 1.500; para la representación de Vigo solo hubo dos triunfos: José Ramón Prada, 1,72 en altura (en Galicia Atlética Posada escribe que el refuerzo del atleta ourensano se produjo porque veraneaba en Baiona y sus saltos los realizaba al estilo “tijera”) y el relevo de 4×400, compuesto por Ocenda, Pascual, Jané y Lopo, que concluyó en 3:41.8.
Para aquel mes de agosto de 1950, en concreto los días 26 y 27, estaba previsto igualmente la celebración de un encuentro en Oporto entre la selección de Galicia y la del Norte de Portugal, de tal modo que la Federación Gallega de Atletismo convocó a estos 23 atletas: José María Estévez, Roberto Rodríguez-Ozores, Fernando Uzal, José Antonio Moreno, González Costas, Manuel Alonso, Francisco Gayoso y Gonzalo Arizcún (Real Club Celta); Ángel Padín, Jorge Doncel, Julio Castro, Fernando Bremón, Alfonso Abelenda, Ramón Taibo y Ramón Regal (Real Club Deportivo); Alberto Soliño y Pablo Jané (Comesaña Sporting Club); Joaquín Allende, Antonio Varea y José Luis Quintanilla (de Ferrol); y Ángel Abadín, José Ramón Prada y Marcial Feijóo (de Ourense).
Nunca se llevó a cabo este duelo Norte de Portugal-Galicia. El 25 de agosto se anunció su aplazamiento “por dificultades de montaje en la Federación Portuguesa”, aunque posteriormente se fijó como días de celebración el 16 y 17 de septiembre. Pero otra vez volvería a suspenderse y, en esta ocasión, curiosamente cuando los atletas gallegos ya se encontraban en Tui dispuestos a pasar la frontera. Allí mismo se les mostró el telegrama de la Asociaçao Portuense de Atletismo indicando la cancelación del evento.
El 24 de mayo de 1951, Balaídos acogió un doble acontecimiento deportivo: el partido de fútbol entre el Celta y el Sporting de Braga, con victoria del primero por 1-0, y el enfrentamiento atlético -primera jornada- entre el Celta y el F.C. Oporto, con triunfo momentáneo céltico con 34,5 puntos por los 28,5 de los portugueses, que se desarrolló antes del encuentro futbolístico, en el intermedio y al final.
Los atletas del Oporto se impusieron en salto de altura con Joaquín Maia al superar 1,75, idéntica marca que la realizada por el céltico Ramón Taibo, aunque ganó el primero por menos intentos nulos; y en el relevo 4×100, 45.1, con Vieira, Almeida, Romero y Paquete. Las victorias célticas las lograron Roberto Rodríguez-Ozores, 16.7 en 110 vallas y 48,22 metros en jabalina; José Luis Quintanilla, 53.1 en 400; y Joaquín Allende, 4:20.4 en 1.500.
En la tarde del sábado 25 continuó la contienda atlética imponiéndose definitivamente el Real Club Celta con 69,5 puntos mientras el F.C. Oporto sumaba 67,5. El equipo vigués se hizo con dos victorias: Antonio Varea, 16:04.4 en 5.000; y Allende, 2:07. en 800. Por parte del Oporto triunfaron: Tender, 11,79 en peso y 37,61 en disco; Maia, 6,48 en longitud; Paquete, 11.2 en 100; y el equipo de relevos 4×200 metros con 1:35.2.
Los aficionados no respondieron, según cuenta Alfonso Posada en Galicia Atlética a la llamada del segundo “match” Vigo-Norte de Portugal, disputado en Balaídos el 25 y 26 de agosto de 1951, aunque los daños económicos fueron mínimos al contabilizarse un déficit de 819 pesetas después de haber recibido los organizadores una subvención municipal de ocho mil pesetas y conseguirse una recaudación de 1.216 con la venta de localidades.
Volvieron a triunfar los portugueses por 98 puntos a 72, tras ir ya venciendo en la primera jornada por 50 a 35. Posada escribió en Atleta, boletín de la Asociación Viguesa de Atletismo, que habían fallado “varias de nuestras figuras, motivo principal del severo resultado encajado”; a decir de él la diferencia de puntos entre ambos conjuntos no señala la calidad del atletismo de uno y otro lado, “hoy por hoy bastante igualado”. También resalta que si Doncel, Roberto y Uzal, no hubiesen fallado “hubiéramos alcanzado un significativo empate a puntos”.
“En velocidad”, escribe Posada, “los portugueses trajeron dos sprinters formidables que ganaron bien, aunque corriendo en los 100 contra viento (aquí se le reprodujo a Estévez su lesión en la rodilla, por lo cual no pudo participar luego en relevos suecos) debiéndose a ello la flojedad de los tiempos registrados”.
Con respecto a los 200 metros, señala que “Estévez llegó pegadísimo a Vieira, poniendo de relieve su descollante calidad atlética natural que no quiere aprovechar con un concienzudo entrenamiento”.
Se lamenta Posada de que, en salto de longitud, de los cuatro intentos Roberto Rodríguez-Ozores hizo tres nulos y “perdió una victoria fácil a su alcance”. Y también cuenta que tanto en los 400 como en los 800 metros sorprendió la “excelente forma” de Chaves, “ante un Doncel muy bajo, después de haberse tomado una temporada de descanso a continuación de los Campeonatos de España, por causa de la irritación muscular que padece”.
La representación viguesa solo obtuvo cuatro triunfos, los que le otorgaron Varea en 5.000 (15:46.8), Roberto Rodríguez-Ozores en jabalina (46,40), Taibo en altura (1,70) y Allende en 1.500 (4:21.2), lo que le llevó a escribir a Posada en Galicia Atlética, “ningún “vigués” de nacimiento, todos forasteros”.
Los doce primeros puestos portugueses los obtuvieron estos atletas: Tender, 11,45 en peso y 35,31 en disco; Montalvao, 3,35 en pértiga; Nuno de Morais, 23.0 en 200; Macedo, 6,15 en longitud; Chaves, 2:04.9 en 800; relevos 4×100 (Vieira, Macedo, Llovet, Nuno de Morais), 46.6; Romero, 17.2 en 110 vallas; Chaves, 53.0 en 400; Vieira, 11.2 en 100; Lopes, 13,62 en triple; y relevos suecos (Chaves, Llovet, Vieira, Morais), 2:08.2.
Aunque se decía en Faro de Vigo el 15 de septiembre de 1951 que la selección viguesa acudiría a Oporto “el próximo 7 de octubre a fin de contender en match revancha contra el Norte de Portugal”, fecha que se pospuso después para el día 28 del citado mes, lo cierto es que ya no hubo ningún otro cara a cara entre ambas formaciones.
Precioso todo lo que relatas.por lo menos para mi. Conocí a la mayoría de los gallegos que practicaban en aquellos años. Poco después empecé yo con otros muchos. Ahora todo es distinto para mejor. Gracias EMILIO.