Una montaña de cacahuetes
Preguntado en una ocasión Alfonso Ortega por los atletas que había entrenado en el Real Club Celta, al referirse a Ramón Tasende (A Coruña, 1944) dijo sencillamente: “Tenía una clase excepcional; lo dejó prematuramente”. A pesar de esta circunstancia, todavía tuvo tiempo de aportar su nombre para la historia al ser dos veces campeón nacional el año 1971: de 5.000 metros y de 3.000 (en pista cubierta). A España, en la selección absoluta, la defendió en once ocasiones.
Su aparición en el atletismo fue tardía. Comenzó en él cuando cumplía el servicio militar en Santiago de Compostela, aunque ya estaba vinculado con el deporte. Cuenta que dirigía la preparación física de unos jóvenes ciclistas en A Coruña cuando, al ser invitado a tomar parte en una de sus salidas en bicicleta, se nos descubrió con una facilidad asombrosa para la escalada. Y algún pinito ciclista llegó a hacer y hasta es posible que se quedara truncado un fichaje con un conjunto catalán… La mili lo impidió. Y cuando ya había cumplido con la patria, Manuel Fraga Ferrant fue quien lo atrajo para correr pero no precisamente en bicicleta.
En Túnez, el 16 de marzo de 1968, se produjo su bautismo internacional. En el Cross de las Naciones. En su país, el fantástico Mohamed Gammoudi salió victorioso entre un buen número de corredores, más de un centenar. Ramón Tasende, por su parte, traspasó la meta en el lugar 51, pero era un lugar que valía para sumar puntos para la selección (entre trece países, España se clasificó tercera; la victoria se la llevó Inglaterra). Del coruñés, el crítico Pedro Escamilla escribió: “También mejoró posiciones al final, adelantando incluso en la misma meta a Aritmendi. Quizás pudo haber obtenido una mejor clasificación de haber dosificado mejor sus fuerzas, pues no fue de los que peor llegaron a la meta”.
Los otros componentes del conjunto español ocuparon en Túnez las siguientes posiciones: Mariano Haro, 6; José Manuel Maiz, 12; Javier Álvarez Salgado, 13; Iluminado Corcuera, 21; Carlos Pérez, 26; Francisco Aritmendi, 52; Fernando Aguilar, 56; y Lorenzo Gutiérrez, 76.
Habría de volver al Cross de las Naciones tres veces más, sin que su posición mejorara un ápice. Finalizó en el puesto 52 en 1969, en el 54 en 1971 y en el 86 en 1972, último año en que se celebró esta competición con ese nombre; en 1973 nació el Campeonato del Mundo de Cross. Claro que una cosa era contender con los mejores atletas internacionales y otra muy distinta hacerlo en casa, donde sus actuaciones en el Campeonato de España de la especialidad tuvieron otro brillo. Lo mejor que hizo fue un tercer puesto en la edición de 1970 en la que triunfó Juan Hidalgo. Tasende le pudo a Fernández Gaytán en el sprint por la medalla de bronce.
Por si alguna sombra de duda surge, debe aclararse que, como corredor sobre el campo, Tasende ofrecía la mejor de las imágenes; conviene decir, lisa y llanamente, que era de los buenos. Quizá por eso lo fichó el Real Club Celta, en el que estuvo tres temporadas (perteneció también al Real Club Deportivo) y contribuyó, en este terreno del cross, a un podio europeo en Bélgica y a un título de campeón de España de clubes.
En 1970, en Arlon (Bélgica), el Celta tomó parte en la Copa de Europa de clubes de cross obteniendo la tercera posición. Fue superado por el FC Lieja (Bélgica) y el City Stoke (Inglaterra). Cada corredor celeste hizo cuanto pudo, de tal manera que Tasende fue el decimocuarto en la meta; Álvarez Salgado, en el quinto lugar, fue el mejor.
Se afanó igualmente en darle al Celta un nuevo título de campeón de España de clubes de cross. El del año 1971. En la Casa de Campo de Madrid. El conjunto vigués fue netamente superior al resto colocando a cuatro atletas entre los diez primeros: Álvarez Salgado, ganador; Tasende, segundo; Carlos Pérez, sexto; y Rubén Sanmartín, octavo.
El reconocido escritor coruñés Manuel Rivas, en un trabajo periodístico en El País sobre Castro de Elviña el año 2010, le dedica unas entusiastas líneas al atleta coruñés. Dice Rivas: “Uno de nuestros héroes locales era Ramón Tasende, Moncho, que llegaría a ser campeón de España de los 5.000 metros lisos, pero que de aquella competía también de manera épica en campo a través. Y antes en el ciclismo. Corría como un etíope”.
Y continúa Manuel Rivas: “Moncho Tasende nunca tomaba vino o cerveza, sino refrescos Mirinda, o así, mas el verdadero espectáculo era verlo comer auténticas pilas de cacahuetes. Los amontonaba de manera piramidal sobre un barril en la taberna de Leonor. “Es por la fibra”, nos explicaba. Y tenía razón. También los escritores deberíamos tener ese menú. Lo que quiere la literatura es fibra para correr campo a través”.
Hay una campaña en la trayectoria deportiva de Tasende que se impone por encima del resto, la de 1971. En ella le llegaron los triunfos más sonados. El 27 de febrero, en el Palacio de los Deportes madrileño, ganó el título nacional de 3.000 metros en sala, 8:13.6, por delante de Carlos García Caro, 8:14., y Alberto Esteban, 8:41., carrera a la que Pedro Escamilla le dedicó estas líneas: “Quehacer espléndido de Tasende y García Caro, con la aportación elegante y digna de un verdadero campeón, que sabe ganar y perder, como Alberto Esteban, que no dejó la carrera ni aun viendo que no tenía ninguna posibilidad; otro, en su lugar, quizá hubiese abandonado…”
Lo mejor de lo mejor lo reservó para los Campeonatos de España absolutos del mes de julio en las pistas madrileñas de Vallehermoso, y no porque hiciera una marca espectacular, que no la hizo, sino porque se colgó el oro, lo verdaderamente importante. Ganó sin contratiempo con 14:16.9 a José María Morera, 14:24.6, y a Carlos García Caro, 14:30.0; en sexta posición se clasificó Carlos Pérez, 14:43.8.
Lo que le sucedió el 17 de agosto de aquel año 1971 no le reportó ninguna medalla, sin embargo le situó en la cúspide de la cúspide. Porque en la ciudad finlandesa de Turku corrió unos 5.000 metros en 13:46.2, marca espectacular que le situaron en el segundo puesto del ranking de ese año por detrás de Javier Álvarez Salgado (13:28.4) y por delante del férreo palentino Mariano Haro (13.47.2).
Cuando el mes de octubre Esmirna (Turquía) recibió a los participantes en la sexta edición de los Juegos Mediterráneos, entre ellos se encontraba un crecido Ramón Tasende que, sin embargo, no alcanzó puesto de podio. Quedó cuarto en la final de 5.000 metros con 13:57.8, después de haber sido quinto en la primera eliminatoria, 14:22.8.
En la edición del 8 de diciembre de 1971 de El Mundo Deportivo se habla de Tasende como “una de las grandes consagraciones producidas este año 1971”. Se afirma que “un año atrás tomó una gran resolución para su vida como atleta, y es la de cambiar de residencia”. Había dejado de vivir en A Coruña y pasó a hacerlo en Vigo; dejaba el Real Club Deportivo y se entregaba al Real Club Celta, que lo amparaba con un trabajo en la gasolinera del cuñado de su entrenador Alfonso Ortega. Hace el periódico barcelonés alusión al gran salto que se produjo en el atleta de la mano de Ortega pues pasó de 14:14.4 de mejor marca de 5.000 metros en 1970 a los referidos 13:46.2 de Turku. Esta marca, decía el rotativo, suponía la mínima para acudir a los Juegos Olímpicos de Múnich de 1972. Cuando meses más tarde llegó el momento de seleccionar a los atletas para la cita olímpica, entre ellos lamentablemente ya no estuvo Tasende. Su ausencia de los Campeonatos de España de 1972 era un motivo para no ser llamado a la selección. El Mundo Deportivo había mostrado un especial interés en él porque iba a ser uno de los selectos participantes en la Jean Bouin que se disputaría el 12 de diciembre. Solo pudo ser duodécimo, mientras que Álvarez Salgado quedó segundo detrás del británico David Holt.
Cuenta el coruñés que su abandono del atletismo cuando todavía no contaba treinta años fue debido a que padecía dolores de espalda, lo que le impedía entrenarse en condiciones. Así y todo, su palmarés no es exiguo porque conviene añadir que también obtuvo la medalla de bronce de 5.000 metros en los Campeonatos de España de 1969, batido únicamente por Mariano Haro y Fernando Aguilar, aunque tras él quedaron atletas de renombre como García Caro, Fernández Gaytán y Molins. Y a nivel gallego puede mostrar con satisfacción sus seis títulos en pista (años 1969, 1970 y 1971) y también el de cross (1972).
Claro que además hay que atribuirle a Tasende el mérito que le corresponde por haber integrado el equipo de A Coruña de relevos 4×1.500 metros que ganó (y con récord nacional) el Campeonato de España de relevos en octubre de 1967 en Barcelona. Con él formaban parte del cuarteto José Miguel Aller, Manuel Porta y Enrique Graña. El tiempo invertido fue 15:56.2. La selección de Barcelona quedó segunda, 16:07.4, y la de Madrid tercera, 16:11.8.
En un ranking de los mejores atletas de la historia de diciembre de 1984, todavía su nombre producía destellos al ocupar el puesto vigésimo primero en los 5.000 metros por su marca de 13:46.2 de 1971; en 10.000 metros su mejor registro de 28:58.4 (11 de abril de 1971 en Pontevedra) lo sitúan en el decimoséptimo lugar.
Además de ciclismo y atletismo, el coruñés se ha movido con destreza en el mundo del boxeo como preparador (estuvo con Pantera de Arosa) y en el del fútbol sala, ejerciendo en este caso de docente en la escuela de entrenadores de la Federación Gallega. Posee la Insignia de Oro del Deportivo y el Celta e igualmente de la Federación Gallega de Atletismo, de la que es dirigente.
Lo recuerdo como gran atleta y buen amigo de mi padre Jorge Doncel.
Un fuerte abrazo Tasende
Isabel Doncel