El concierto del gaitero

El de 1963 fue un año muy significativo para el atletismo al permitírsele a las mujeres españolas el retorno a la competición después de un largo paréntesis de prohibición. La ausencia duró un cuarto de siglo, aunque un poco antes de ese señalado año ya se les pudo ver por las pistas en algún lugar concreto. Pero las españolas adquirieron el lógico protagonismo, con todas las de la ley, en los Campeonatos de España el 17 y 18 de agosto de 1963, en el estadio barcelonés de Montjuic. Y entre las mujeres que allí se congregaron figuraba María Elena Souto (A Coruña, 1943), a la que se ha conocido preferentemente por Nela Souto, soberbia velocista que llegó a conquistar los títulos nacionales de 100 y 200  metros, distancias en las que poseyó el récord español, a los que unió también el de 400 y el de 4×100.

Nela Souto, a la derecha, en su debut internacional (y el de la selección femenina) contra Portugal en Lisboa en 1964

En el estadio barcelonés, aquel mes de agosto, se programaron siete pruebas femeninas. Nela Souto participó en dos, obteniendo en ambas la tercera plaza. En 200 metros (29.3) se vio superada por Ana María Gibert (27.6) y María Rosa Sierra (28.7). “Eran 200 metros en recta que se hacían larguísimos “, recuerda. “Yo creo que fue la vez que más tranquila estaba porque era mi primer campeonato. No tenía mucho que perder”. Y en la final de 4×100, en unión de Astray, Graña y Lista, el equipo coruñés (56.2) fue vencido por el de Barcelona (54.5) y el de Zaragoza (55.6).

En los años 60, el estadio coruñés de Riazor disponía de un campo de fútbol de tierra tras la fachada principal, colindante a las magníficas pistas de ceniza que rodeaban el cuidado terreno de juego donde actuaba el Deportivo. A Nela Souto, que se ejercitaba a hockey en el primero de los campos, la gente del atletismo le propuso realizar una carrera por si la marca que realizaba era propicia para acudir a los Campeonatos de España. Por supuesto que la prueba resultó satisfactoria. Así fue como entró ella en el deporte atlético, aunque no por eso abandonó el hockey (tanto en sala como en hierba), en el que estaba desde los 13 años. Jugó en los equipos Saeta y Santa Lucía de su ciudad y fue varias veces internacional. Incluso llegó a intervenir en un Mundial en Alemania de hockey hierba. “Ir a un Campeonato del Mundo siempre es algo que te apetece muchísimo pero claro, al final quedamos fatal, muy mal”.

En A Coruña, en aquel resurgir del atletismo femenino, se vivía un ambiente muy grato, con bastante animación, con unas cuantas mujeres practicando. Y Nela Souto, vigorosa, era allí una triunfadora permanente. “Aunque supiera que era difícil que me ganaran”, indica, “los nervios no me los quitaba nadie. Disfrutaba después o durante la carrera, pero antes lo pasaba mal”. Y en lo que nunca vio progreso, ni entrenándose, fue en el instante de ponerse en acción. “Siempre salí fatal. Aunque no hubiera salido de tacos era igual porque no le sacaba ningún jugo. No tenía esa chispa de salir rápido”.

Pletórico para la coruñesa resultó el año 1964. Los Campeonatos de España tuvieron lugar en el estadio de Vallehermoso, en Madrid, el 19 y 20 de septiembre, siendo observada como una competidora “de genio y clase”, según se escribió en aquel momento. Se hizo con el título de 100 metros, al correrlos en 13 segundos, por delante de Emma Albertos  y Blanca Miret, las dos en 13.1.

En el podio del Campeonato de España de cross en Palencia en 1965. De izquierda a derecha, Mª Teresa Castañeda, Mª Aránzazu Vega y Nela Souto

También fue la mejor en 200. Ganó la carrera en 26.7, con los otros dos puestos de honor para Blanca Miret, 26.9, y Emma Albertos, 27.4. Esta última atleta, madrileña, que sobresalió en los primeros años una vez que se produjo el reencuentro de la mujer con el atletismo en nuestro país, no pudo rendir en este certamen por una lesión en el pie.

Pero no acabaron ahí los triunfos de Nela Souto. Integró el equipo coruñés de 4×100 con Álvarez, Lista y Natacha Astray (ésta fue campeona de 80 metros vallas), quedando por delante de Madrid y Guipúzcoa, pero con la doble satisfacción de batir el récord de España (51.2).

A estos Campeonatos de España había acudido Manuel Fraga Ferrant, presidente de la Federación Coruñesa, hombre admirable en su entrega. Nela Souto lo recuerda bien. “Fraga había llevado un gaitero, un señor muy bajito, y cada vez que un gallego se subía al pódium el gaitero tocaba. ¡Y fue un concierto, eh! Es que habíamos quedado muy bien, en general, tanto chicos como chicas”.

Fue precisamente en 1964 cuando se estrenó en el campo internacional la selección española femenina. Lo hizo en Lisboa, en el estadio Jose Alvalade. Dieciséis jóvenes, contabilizando dos suplentes, entre las que estaban María Luisa García Pena (la única que consiguió vencer, en jabalina), Teresa Baylina, Emma Albertos, Mercedes Morales, Blanca Miret, Aránzazu Vega, Natividad Astray, Nela Souto… hicieron frente a las portuguesas que, más curtidas, se impusieron 64 a 39. Los hombres españoles, sin embargo, ganaron su confrontación 113 a 94.

Lo hizo espléndidamente bien Nela Souto, aunque no quedó primera. En 100 metros,  fue superada por la lusitana Lidia Faria, pero las dos atletas hicieron idéntica marca, 12.7, con la particularidad de que  la española igualaba el récord nacional. Y en 200, la portuguesa Francelina Anacleto fue más rápida, 26.3, récord de su país, aunque los 26.6 de Nela Souto también valieron para ser nueva plusmarca.

Cuando 1964 echaba el cerrojo, la atleta coruñesa mostraba su poder en la tabla de récords de España en cuatro pruebas: 100 (12.6), 200 (26.6), 400 (1.00.9) y 4×100 (51.2) con Álvarez, Lista y Astray.

De Nela Souto se podría decir que, siendo una consumada velocista, contaba con fondo suficiente para afrontar largas distancias. Al menos así se mostró en diciembre de 1964 al imponerse en Vigo en el Gran Premio de Navidad de pedestrismo. La carrera, “muy interesante y competida”, según Alfonso Posada, tenía un recorrido de 700 metros. “Una coruñesita, Nela Souto, impuso en el sprint su notable punta de velocidad, adjudicándose la victoria”, relató el cronista. Tras ella quedaron Margarita Dans y María Teresa Casteñeda, clasificándose, en total, 16 atletas.

Cuando en marzo de 1965 se programó, en Palencia, el primer Campeonato de España de cross femenino, estuvo en él y le faltó muy poco para vencer. Acabó segunda. Las atletas tuvieron que recorrer 1.000 metros, dando tres vueltas al campo de La Balastera, lo que provocó que, en Atletismo Español, se hiciera este comentario: “Hubiera sido preferible, a nuestro entender, marcar un circuito con terreno auténtico de cross, pero, por otra parte, no cabía plantear dificultades, máxime tratándose de atletas que todavía no han adquirido gran experiencia en las lides de las carreras a través del campo”.

La coruñesa, a la derecha, con el dorsal 390, afrontando una carrera de 800 metros

La guipuzcoana María Aránzazu Vega se llevó el triunfo, con Nela Souto en segunda posición y la madrileña María Teresa Castañeda en tercer lugar, entre un numeroso grupo de competidoras, 44, que alcanzaron la meta. Pero por provincias, A Coruña fue la triunfadora puesto que al sobresaliente segundo puesto de Nela hubo que sumar la séptima posición de Esther Rey y la octava de Elia Amieiro.

En la campaña de pista de 1965, el balance de la atleta coruñesa fue también satisfactorio porque obtuvo el segundo puesto en 200 metros y el tercero en 100 en los Campeonatos de España, celebrados en Vallehermoso. En el doble hectómetro le cronometraron 27.5 y Emma Albertos los hizo en 26.7. También la madrileña Albertos  se impuso en la carrera de 100 metros, terminándolos en 12.5, con lo que igualaba el récord nacional; segunda quedó Blanca Miret, 12.6, y tercera fue Nela Souto, 12.8.

Y en 1966, cuando había igualado la plusmarca nacional de 100 metros (12.5), vistió por segunda y última vez la camiseta de la selección. Pero en el estadio Heysel de Bruselas acabó cuarta en el hectómetro con unos flojos 13.2. Aquella carrera la ganó la belga Van Herck, 12.4, seguida de Emma Albertos, 12.7, marca que igualmente hizo Fricq. Bélgica superaba a España con contundencia: 74-43, aunque el equipo masculino español salía victorioso por 112 puntos a 99.