El 4 de agosto de 1929
Cuando se produjo el debut del Celta en atletismo el 14 de septiembre de 1924 en los Campeonatos de Galicia celebrados en el campo vigués de Coia, uno de los cuatro integrantes del equipo era Mariano Carsi (Vigo, 1908-1996) quien, el 4 de agosto de 1929, se convertiría en el primer gallego en obtener un récord de España, en este caso de 110 metros vallas, al correr la distancia en 17.2 en el enfrentamiento Galicia-Oporto en el estadio de Balaídos; Carsi igualó aquel día la plusmarca que obraba en poder del catalán Joaquín Roca desde el 29 de junio del mismo año 29. El vigués derrochó dedicación y llegó a ganar 18 títulos gallegos y consiguió, además, 15 récords de Galicia en diferentes pruebas puesto que fue un hombre que también afrontó el decatlón, disciplina en la que asimismo obtuvo el título y el récord. En los Campeonatos de España de 1933 en Barcelona, recinto de Montjuic, conquistó la medalla de bronce en 110 metros vallas y en el relevo 4×400 metros.
La puesta de largo del Celta en 1924 fue efímera, lo que se dice un soplo, algo así como un abrir y cerrar de ojos hasta que a principios de los años 50 Alfonso Posada reemprendió la aventura con todo entusiasmo y la entidad desde ese momento adquirió continuidad y acabó cogiendo altura envidiable. Pero en 1924, si se echó al ruedo de la competición fue debido a la decisión del periodista Manuel de Castro, Handicap (tenía un hermano atleta), quien había regresado de los Juegos Olímpicos de París maravillado por lo que allí había visto.
En este certamen gallego en pista, quinta edición, concurrieron poco más de medio centenar de atletas del Celta, Unión Sporting, Comercial y San Andrés de Comesaña por parte viguesa, y los de la Agrupación Atlética de A Coruña.
Vistiendo los colores del Celta (tan pronto se esfumó el equipo desarrolló toda su carrera en la Asociación Atlética de Vigo), Mariano Carsi consiguió el triunfo en 110 metros vallas en 20.3/5 y en salto de longitud con 5,75, récord gallego, mientras que en triple salto fue batido por Antonio Fresco, saltando éste 11,60, también récord gallego, y ocupó la tercera plaza en salto de altura, especialidad en la que triunfó José Domínguez con 1,47.
Mariano Carsi dedicó su vida profesional a la milicia y en la Guerra Civil estuvo alistado en la Escuela Central de Educación Física, habiendo alcanzado el grado de coronel, según cuenta Alfonso Posada en Galicia Atlética, que había mantenido con él una larga conversación en el Círculo Mercantil en la calle Príncipe de Vigo. “Tengo recuerdos muy agradables de mis años de atletismo”, le dijo Carsi. Y refiriéndose a sus entrenamientos, comentó que solo los llevaba a cabo “en verano, dos o tres veces por semana, siempre sin entrenador, haciendo cada uno lo poco que sabía, primero en el campo de Coya y después en el Estadio de Balaídos, a donde íbamos a pie, una hora de caminata, o en tranvía”. Y todavía le comentó algo más: “No tuve chándal, no lo había por entonces y las zapatillas de clavos las compraba de mi propio dinero en el comercio El Sport de Vigo”. A decir de Posada, Carsi también fue practicante de tenis, natación y remo, aunque en este caso sin afán competitivo.
En Balaídos, el domingo 4 de agosto de 1929, se dieron cita los atletas que iban a defender, en jornada de mañana y tarde, a Oporto y Galicia en la segunda confrontación entre ambas selecciones. Los portugueses salieron ampliamente victoriosos (55 puntos a 25), algo previsto ateniéndonos a lo dicho en El Pueblo Gallego: “Los atletas portugueses, que mostraron gran entusiasmo, sumo pundonor y esmerada preparación, son sin duda superiores a los seleccionados gallegos. Su triunfo, pues, estaba ya previsto, y el único esfuerzo que Galicia podría oponer a Oporto habría de limitarse a luchar contra la desventaja de los puntos en la clasificación”.
Los portugueses se adjudicaron todas las pruebas programadas excepto la de los 110 metros vallas, conquistada por Mariano Carsi. “Si este atleta no hubiera salido un poquitín a destiempo”, se lee en El Pueblo Gallego, “hubiera batido, sin duda, el récord español. Hubiera sido un gran triunfo para Galicia. Así y todo, puede sentirse satisfecho Mariano Carsi, pues su marca de 17 segundos y 3/5 iguala el actual récord de España”.
Señala igualmente el periódico vigués que los atletas lusitanos “fueron aplaudidísimos, en especial Manuel Oliveira, cuyos saltos con pértiga admiraron a la concurrencia por su limpieza y estilo”.
El público no llenó las gradas del estadio de Balaídos en la jornada vespertina (hubo poca asistencia por la mañana) y, según el cronista, se mostraba “impaciente porque el atletismo, demasiado lento en su desarrollo, retrasó notablemente el comienzo de la pugna entre célticos y deportivistas”. Ese partido de fútbol tuvo un claro color forastero: Celta, 1 – Deportivo, 4.
A través de una noticia de ABC del 3 de enero de 1931, sobre una carrera de cross organizada en Vigo por la Sociedad Atlética, se nos ofrece la imagen un tanto peculiar de Carsi. El texto dice así: “Ocho kilómetros y medio de continuo chapuceo, teniendo a veces que introducirse hasta la rodilla por no ser posible correr por otro lugar. Dieciocho muchachos tomaron la salida entre los cuales hemos visto al gran atleta Mariano Carsi, que se está entrenando para los campeonatos regionales de decathlon. Llegó a la meta en noveno lugar. Esto supone un elogiable exceso de amor propio en un muchacho que no es partidario de ensuciar sus facciones”.
Aquel año 1931 participó Carsi en la primera competición de decatlón que se llevó a cabo en Galicia, en el recinto de Balaídos, proclamándose campeón y obteniendo el récord gallego con 3.971,43 puntos por la tabla antigua, datos en poder del Alfonso Posada historiador. Y a este título y récord hay que sumar muchos otros.
Fue campeón gallego 17 veces (sin citar el decatlón): en 1924, 110 vallas y longitud; 1925, triple; 1928, altura, longitud y 110 vallas; 1930, altura, triple, 110 y 400 vallas; 1931, 110 y 400 vallas, altura y 4×400 con la Sociedad Atlética de Vigo (SAV); y 1932, 110 y 400 vallas y 4×400 con la SAV. Y por lo que respecta a los récords gallegos, se le contabilizan 15 en total: 3 de 400 metros, 2 de 400 vallas, 5 de 110 vallas, 2 en longitud y 1 en altura, triple y decatlón.
Parece evidente que los atletas gallegos (Mariño, González, Sánchez, Florencio, Carsi…) estuvieron muy aceptables en los Campeonatos de España de 1933 en la pista barcelonesa de Montjuic. El Mundo Deportivo, que ensalza el claro triunfo de Cataluña, “pese a la excelente actuación de Galicia y Guipúzcoa”, da cuenta de que el cuadro gallego visitaba otra vez el feudo catalán, indicando que “el equipo de Galicia ha venido este año desconocido, el de ayer era un equipo discreto, el de ahora ha sido un equipo cuajado, del que cabe esperar mucho si en aquella región las cosas atléticas siguen el camino progresivo que lleva iniciado”.
Mariano Carsi se adjudicó la medalla de bronce con su tercer puesto en los 110 metros vallas, con victoria del guipuzcoano Sánchez (16.5/10) y el segundo lugar para el catalán Consegal; cuarto quedó el también catalán Mongrell y quinto el gallego Mariño. Pero la carrera requiere periodísticamente alguna puntualización: “Esta prueba ha dado lugar a algunas discusiones acerca de haber tocado dos vallas el primer clasificado. Ha sido descalificado el catalán Cardús por haber tumbado tres vallas…”
Integrando el equipo de 4×400 metros con Lino, García y Sánchez, Carsi sumó una segunda medalla de bronce. Guipùzcoa ganó con 3:25.2/5, y Cataluña fue segunda. Dice El Mundo Deportivo: “La salida ha sido dada con pista libre, tomando desde la salida neta ventaja los equipos catalán y guipuzcoano sobre los gallegos…”
También intervendría el vigués en la final de 400 metros vallas en la que obtuvo la quinta posición, batiendo únicamente a su compañero Lino; la victoria fue del catalán Roca en 57.4/5, y a continuación Iguarán, Tugas y Mongrell . La carrera se califica como “una de las más espectaculares de la primera jornada” y su desarrollo transcurrió así: “Desde la salida que se llevó a fuerte tren se originó una fuerte lucha entre Tugas, Iguarán y Carsi, pero Roca sin perder terreno fue siguiendo el tren impuesto por los leaders, pero siempre en segunda posición junto con Mongrell y Lino”. Comenta que estos dos últimos se rezagan “al llegar al viraje”, momento en el que Roca enfila “la recta final con un formidable sprint, pasando las vallas excelentemente y rebasando a sus adversarios…”
En enero de 1951, el seleccionador nacional de atletismo José Corominas, en un texto sobre el atletismo gallego publicado en la revista Atleta de la Asociación Viguesa de Atletismo, ponía de manifiesto que “a partir de 1930 pudimos hablar de la escuela gallega, con la eficiente labor desarrollada por la Sociedad Atlética de Vigo y la Sociedad Gimnástica de Pontevedra, principalmente”. Y hacía ver Corominas que fue entonces cuando se produjo “la época brillante” del atletismo gallego con “Mariano Carsi, Joaquín González, los hermanos Mariño, Roberto Rodríguez, etc., por solo citar unos cuantos entre los más destacados”.
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