Crecer desde el asfalto
Se echó a correr, y lo hacía eficazmente, en las carreras pedestres populares que fueron brotando en los últimos años 70 del pasado siglo. Él era su propio entrenador y se ejercitaba cuando podía. Engullido por los participantes, no dejaba de ser uno más. Pero sus buenas y repetidas actuaciones le procuraron pronto una imagen reconocible y una cierta admiración por cuanto estaba haciendo. Y parecía claro que aquello, a ser posible, debía encauzarse de otro modo, de ahí que Manuel García Gendra (Santiago de Compostela, 1962) se acabara poniendo en manos del técnico Mariano García-Verdugo para convertirse en el estupendo fondista que llevaba dentro, con inclinación sobre todo a los 5.000 metros. En esta distancia fue tercero de España en 1987 y segundo en 1988. También fue internacional una vez compitiendo en los Juegos Mediterráneos de Atenas en 1991. Contabiliza, además, seis títulos gallegos en la pista: cuatro de 5.000 y uno de 1.500 y de 10.000, dos en cross (1987 y 1988) y dos en medio maratón (temporadas 86-87 y 87-88).
Lo sorprendente, prueba palpable de que su calidad era real, de que había mucho que exprimir de él, es que, con poquísimos meses de entrenamiento planificado, se presentó en A Coruña para participar en el Gran Premio de la ciudad en 1986 y consiguió 13:52.21 en una carrera de 5.000 metros de auténtica categoría dado que Said Aouita acarició el récord del mundo. El marroquí finalizó en 13.00.86, y sus rivales más próximos, el portugués Antonio Leitao y el mexicano Arturo Barrios, concluyeron en 13:06.02 y 13:25.83.
La marca de Gendra en A Coruña, 13:52.21, le situó en el puesto decimocuarto del ranking español de aquel año. Un mes después de tan espléndida actuación Mariano García-Verdugo comentaba en El Correo Gallego: “Tiene todas las posibilidades de cualquier atleta de élite. Estamos todavía estudiando cuáles son sus límites porque por ahora siempre ha corrido carreras al ritmo que le han marcado. En A Coruña fue a un ritmo de récord mundial que él no soporta porque son tres meses de preparación. Vamos a darle un margen de un año, a ver lo que se puede hacer. Creemos que es un diamante en bruto”.
Cumplido ese margen que se daba García-Verdugo, Gendra realizó la que sería su mejor marca de 5.000 metros en todo su periplo atlético. Y la llevó a cabo de nuevo en Riazor en el vigésimo segundo Gran Premio Internacional Ciudad de A Coruña celebrado el 5 de agosto de 1987. Participantes de lujo: Said Aouita, Steve Ovett, José Regalo, Dionisio Castro, John Treacy, Antonio Leitao, Ezequiel Canario, Abel Antón, Alejandro Gómez, Cándido Alario… Hubo 24 corredores. El triunfo se lo llevó Aouita, 13:21.95, seguido de Ovett, 13:23.19 y Regalo, 13:23.24. El primer español fue Abel Antón, en el décimo puesto, 13:26.46; Alejandro Gómez fue decimosegundo, 13:27.74, mientras que Gendra acababa en el decimosexto lugar pero con unos magníficos 13:32.21. Claro está, Atletismo Español, en crónica de José María Odriozola, apuntaba: “Alejandro Gómez y Manuel García hicieron grandes marcas personales, dando “futuro” a esta especialidad en nuestro atletismo”.
Estaba clarísimo: Gendra se codeaba con los mejores. El salto que dio en el ranking de 1987 con sus 13:32.21 fue espectacular. Se situó en el quinto lugar aquel año, liderando la prueba nada menos que José Luis González con 13:12.34. Y en el ranking de los mejores atletas de 5.000 metros de la historia a nivel nacional en 1994, todavía relucía el tiempo de Gendra en un magnífico vigésimo puesto.
En las no demasiadas comparecencias que el santiagués tuvo en los Campeonatos de España en pista, el resultado final es francamente satisfactorio. En los de 1986, tras quedar cuarto en la primera semifinal de 5.000 con 14:16.10, en la final acabó séptimo con 14:39.68. Quien se coronó vencedor fue F. Arco con 14:21.90.
Pero en la edición de 1987 en las pistas barcelonesas de Serrahima, después de que Gendra ya se hubiese destapado en el Gran Premio Internacional Ciudad de A Coruña como un valor al alza (también había sido octavo ese año en el Campeonato de España de cross en San Sebastián), se apoderó de la medalla de bronce con 14:10.28, viéndose superado por Jaime López- Egea, 14:02.97, y Alejandro Gómez, 14:07.61. A éste se le otorgaba la condición de favorito por sus recientes 13:27.74 en el referido torneo de la ciudad coruñesa, pero también Atletismo Español citaba a Gendra, Alario y López-Egea por ser poseedores de las mejores marcas en la distancia en aquel momento.
Tras una salida lenta por parte de todos, López-Egea fue el único que siguió la estela de Alejandro Gómez “cuando éste pegó su cambio de ritmo a partir de los 3.000 metros”; sin embargo, López-Egea mostró “un poderoso esprint a falta de poco más de 200 metros” que le permitieron triunfar. “Se imponía la veteranía y mejor final de Jaime en una carrera lenta, mientras que García Gendra, tras hacer una carrera extraña, quedándose hasta en décimo lugar, remontó espectacularmente a falta de tres vueltas para ganar la medalla de bronce”.
La recompensa mayor la obtuvo en 1988 en Vigo, donde quedó subcampeón de España. Se clasificó tercero con 14:20.28 en la segunda semifinal ganada por José Carlos Adán en 14:18.33. Mientras los tres primeros puestos de la final de 5.000 eran para Juan Carlos Paul (13:53.44), Manuel García Gendra (13:53.82) y José Manuel Albentosa (13:54.06), tras ellos, sin distinción que compensara el esfuerzo, se había quedado gente de reconocida clase: Antonio Prieto, Antonio Serrano, Alejandro Gómez, José Carlos Adán…
Tanto en 1989 como en 1992, sus participaciones en los Campeonatos de España no pasaron de discretas en sus habituales 5.000 metros. En 1989 fue noveno con 13:54.98 (el oro lo ganó José Luis Carreira, 13:38.54) y en 1992 terminó duodécimo con 14:26.57 (venció Abel Antón, 13:38.57).
En su reluciente biografía, así tiene que ser debido a su indiscutible tesón, merece subrayarse la fecha del 10 de julio de 1991 porque ese día, en Atenas, tuvo la dicha de convertirse en internacional participando en los Juegos Mediterráneos. España sumó, entre hombres y mujeres, tres medallas de oro, cinco de plata y cinco de bronce. Para Gendra, corriendo los 5.000, no hubo ninguna. En Atletismo Español se subraya que tanto en esta prueba como en los 10.000 hubo un “buen nivel” y que el marroquí Brahim Boutayeb “estuvo a años luz de sus rivales en 5.000”. Hizo un tiempo de 13:29.64. Completaron el podio el también marroquí Khalid Skah, 13:30.00, y el francés Antonio Martins, 13:38.08. El turco Zeki Ozturk concluyó cuarto, 13:51.79, el italiano Stefano Baldini fue quinto, 13:53.15, y la sexta plaza (no última) se la adjudicó Gendra, 13:54.24.
Desde que se encauzó en la práctica del atletismo con método, a Gendra le carcomía una preocupación: precisaba encontrar un trabajo que le diera estabilidad. Era septiembre de 1986 cuando, en El Correo Gallego, se refería a este asunto: “Estoy dependiendo del dinero de mi madre. No tenerlo me influye bastante”. Ese anhelado puesto laboral lo tenía en el punto de mira permanentemente, pero sus escasos estudios le limitaban.
Había estado trabajando en una farmacia de chico de recados, también un corto espacio de tiempo fue peón de albañil, faceta que abandonó por considerarlo incompatible con su dedicación al atletismo, y años después preparó físicamente a escolares en un colegio. Pero lo cierto es que durante su etapa de atleta no vio cumplido su deseo de encontrar trabajo. Y del atletismo, poco sacó: alguna aportación federativa por sus medallas, lo que le dio el fichaje por el San Miguel de Oia, Celta y Joma, aunque nada percibió del conjunto de la Universidad de Santiago, tanto cuando era CUA como CDU, aunque no es menos cierto que por pertenecer a él el abogado y exatleta Alberto Torreiro lo ayudó con una beca dos o tres años, un gesto que el atleta siempre agradeció.
En 1989 corrió los 3.000 metros en 7:55.70, colocándose noveno en el ranking anual en el que lucía líder José Luis González con 7:43.94; este mismo año Gendra era el vigésimo español en los 3.000 obstáculos con 8:51.4.
“Cuando empecé a hacer atletismo siempre quise hacer maratón”, confesaba en El Correo Gallego el año 2000. Y llegó a correr dos en 1994: en Bilbao y en San Sebastián. Lo malo era que cuando acumulaba kilómetros preparándose se resentía. “Tenía dolores de piernas, contracturas, tenía todo”. En la capital donostiarra, el 16 de octubre, realizó un tiempo de 2h19:46, la vigésimo segunda marca española de aquel 1994 (la mejor estaba en poder de Antonio Serrano, 2h09:13).
Y tampoco conviene omitir otro buen registro de Gendra, en este caso en 10.000 metros, al completarlos en 28:53.07 el 14 de junio de 1997, llevándolo hasta el decimotercer lugar del ranking en el que mandaba Julio Rey con 27:55.19.
Para quien surgió desde el asfalto, haciéndose notar en las carreras populares, haber sido triunfador en la Pedestre Popular de Santiago de 1987 significaba una convalidación a sus méritos; fue el tercer santiagués en conseguirla (le precedieron Juan Santos y Javier Fernández Feijoo, éste dos veces ganador). Manuel García Gendra, que se decepcionó momentáneamente por no batir el récord de la prueba (hubiese ganado por eso cien mil pesetas), pudo en la meta con los por entonces siempre duros y peligrosos rivales portugueses Carlos Monteiro, Juvenal Ribeiro, Carlos Pereira o Joaquim Ramos.
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