En el verano de 2001, el atletismo de la ciudad de A Coruña saltó por los aires cuando Gilberto Cotelo, presidente del Marineda Atlético, se puso en huelga de hambre para denunciar la dejadez que padecía su deporte.  El  2 de agosto afirmaba en Deporte Campeón: “He decidido tomar una decisión tan drástica porque las instituciones prometieron un módulo de atletismo en Los Rosales, la remodelación del INEF y el circuito permanente de A Torre y no cumplieron”.  Y un día más tarde, en un comunicado, explicaba así sus razones para este paso que iba a dar: “Mi decisión viene motivada por la total falta de apoyo y, bajo mi punto de vista, el menosprecio con que se trata al atletismo por parte de todas las instituciones, pero sobre todo por parte del Ayuntamiento de A Coruña”.

Andrés Díaz, izquierda, con Gilberto Cotelo, durante la huelga de hambre del segundo, en la plaza coruñesa de María Pita

El dirigente se instaló en los soportales de la Plaza de María Pita, donde está ubicado el Ayuntamiento, el viernes 10 de agosto, alrededor de las dos de la tarde y cuando iniciaba precisamente sus vacaciones. Se adentraba de este modo en la experiencia amarga de una huelga de hambre. Con anterioridad a este crucial momento, y siendo consciente de los problemas físicos que podría acarrearle, había manifestado: “El atletismo es un deporte de sacrificio, y yo estoy concienciado. Hay personas que ya me han advertido del riesgo que corro, pero creo que lo importante va a ser luchar”.

En su nada agradable aventura sentía el respaldo de atletas y entrenadores coruñeses (se significaron con él su amigo Andrés Díaz y el vigués Alejandro Gómez), también tenía a su lado a la plataforma Atletismo Sí que a su vez contaba con los apoyos de los ayuntamientos de Narón y Oleiros…  Y en las primeas horas de estancia en María Pita, donde se recogían firmas para su causa, Gilberto Cotelo se mostraba satisfecho. “Han venido muchos amigos a verme. La gente de A Coruña es solidaria; algunos establecimientos hosteleros ya me han pedido los folios para las firmas”.  Pero no todo el mundo se mostraba a su favor.  Francisco Vázquez, alcalde de A Coruña, quiso lavarse las manos por la huelga de hambre emprendida e hizo ver que, en todo caso, “la tendrá que hacer ante la Delegación Nacional de Deportes”, añadiendo también: “Quien quiera armar barullo está en su plena libertad”. Y como dijese el edil que la ciudad coruñesa era la única de España con dos estadios, Elviña e INEF de Bastiagueiro, se vio replicado por Antón Tenreiro, portavoz del BNG en el Ayuntamiento de Oleiros, aclarándole que la instalación del INEF pertenecía exactamente a Oleiros.

Mientras los días pasaban sin que Gilberto probara bocado, manteniéndose solo con agua y sales minerales, el número de personas que iban firmando se incrementaba vertiginosamente a favor de su medida, aseverando el interesado: “La respuesta de la gente es positiva. Hasta el momento nadie ha dicho que no es justo lo que estamos haciendo”.  Pero también se acordaba de quienes estaban al frente del atletismo: “La Federación Gallega no se ha pronunciado sobre la huelga de hambre. Parece como si hubieran desaparecido”.  Se vivía ya  el cuarto día en aquella situación cuando se produjo el regreso de Andrés Díaz de los Campeonatos del Mundo de Edmonton (Canadá); el atleta estaba decepcionado porque se había retirado,  pedía disculpas por ello a los aficionados y aclaraba que “a nivel personal no me van bien las cosas” (por ejemplo, no tenía entonces patrocinador) y además su amigo Cotelo estaba en huelga de hambre. “Lo que hace Gilberto”, dijo Andrés, “es admirable, pero yo le he aconsejado que lo deje, que no arriesgue su salud por esto”.

Reivindicando, en María Pita, un lugar para entrenarse

Por unos días, la Plaza de María Pita acabó convirtiéndose en el lugar apropiado para que muchas personas corriesen en ella y pudiesen mostrar en su camiseta el eslogan “¿Dónde entrenamos?”.  La iniciativa de la plataforma Atletismo Sí era la de llevar a cabo un par de sesiones pero, “una vez que la respuesta popular ha desbordado las previsiones iniciales, la idea del presidente del Marineda es hacer un maratón de 24 horas”. Y así se hizo, e incluso se amplió la jornada . El jueves 16 de agosto, Deporte Campeón reseñaba: “Durante toda la noche y hasta la tarde de hoy ha habido atletas corriendo en la plaza del ayuntamiento herculino, en turnos de media hora. En el primero de ellos participó Andrés Díaz”.  Sin embargo, el protagonista máximo, Gilberto Cotelo, apuntaba: “Estoy algo cansado de la huelga, pero voy a seguir hasta que aguante”. Allí continuaba en María Pita y solo iba a casa a ducharse.

También hubo tiempo para que se fuera encrespando la situación. Durante dos días, el 17 y el 18, Cotelo aparecía en la prensa arremetiendo contra el presidente de la Federación Gallega, Sergio Vázquez, por unas declaraciones y se encendía al recordar que había dicho que “lleva mucho tiempo defendiendo lo que defendemos nosotros, pero de forma civilizada. Además, también dice que se considera amigo mío, pero todavía no ha venido a verme”.  Tampoco se libraba el Ayuntamiento de su enojo: “No han hecho más que mentir y engañarnos”, señalando que se habían puesto en su boca “reivindicaciones que nunca he hecho, como decir que yo he pedido más instalaciones, cuando sólo pedimos que se acondicionen las que existen”. Y por si el malestar de Cotelo no fuera ya suficiente, le enviaba un mensaje a profesores y alumnos del INEF: “Hace ya cinco años que denunciaron que las instalaciones de Bastiagueiro estaban en condiciones infrahumanas. Ahora deberían dar la cara e insistir de nuevo en el tema”.

Gilberto Cotelo, tras someterse a un reconocimiento, comentó: “Me encuentro bien a pesar de que los exámenes médicos indican que estoy bajo, pero todavía podría haber sido peor. Soy consciente de que con el paso de los días me juego la salud”. Aunque su intención era la de seguir en la lucha, el domingo día 19 se anunciaba en los medios que había concluido su huelga de hambre después de nueve días. Había accedido a la petición de sus compañeros de la plataforma Atletismo Sí.  Una de sus componentes, María Luisa Armesto, hizo público que habían “obligado a Gilberto a abandonar la huelga de hambre, y que ellos mismos asumían las reivindicaciones” y que mantendrían con las instituciones una “disposición dialogante” en busca de soluciones.

Preguntado Cotelo  si habían servido para algo sus reivindicaciones, comentó: “Al menos se habló del problema que padece el atletismo en esta ciudad”. Hizo saber que la gente de A Coruña había comprendido el problema “porque ahí están las miles de firmas que hemos recogido en estos últimos días y que proseguiremos recogiendo en el futuro”. (Se informó que el número de firmas alcanzado había llegado a las nueve mil).

Andrés Díaz, Gilberto Cotelo y María Luisa Armesto el mes de agosto de 2001 (Fotos El Correo Gallego)

El 27 de agosto, Sergio Vázquez se posicionaba en El Correo Gallego por lo acaecido días precedentes en estos términos: “He dicho siempre que desde la Federación Gallega, por lo menos mientras yo sea presidente, ese estilo no es nuestro estilo. Las reclamaciones que venimos demandando desde hace ya tiempo las hacemos por otros caminos”.  También ponía en duda la vinculación con el atletismo de quienes corrieron en María Pita: “Muchos de los que estaban allí se puede decir que en la vida han hecho atletismo. No eran tantos…”  Y al ser informado de que Cotelo se había quejado de que no lo hubiese visitado y de que él, en caso contrario, lo hubiese hecho ya que lo consideraba un “buen amigo”, el dirigente manifestó: “Le agradezco mucho sus palabras con respecto a mi persona. Yo también puedo decir lo mismo con respecto a él, pero ha ido por libre. Tampoco a mí me ha consultado nada de que iba a tomar esta medida. Desde un principio le he deseado que en ningún caso tuviera contratiempo su salud. No fui porque a mí nadie me ha llamado allí”.

A punto de concluir el mes de agosto, miembros de la plataforma Atletismo Sí se reunieron con el concejal Juan Manuel Iglesias Mato, destacando de la conversación que no se iba a construir la pista de Los Rosales y que quedaba suspendida temporalmente  la construcción del circuito de cross en La Torre debido a que existían problemas medioambientales. También se acercaron a la Federación Gallega medio centenar de personas para expresar su disconformidad con Sergio Vázquez y éste, tras escuchar sus quejas, les pidió paciencia y les hizo ver que todo se iba a resolver lo antes posible.