El 27 de marzo de 1921 se constituyó en Vigo, en la sociedad La Oliva, la Federación Gallega de Atletismo. Siete meses después, el 16 de octubre, en el campo vigués de Coia (en aquel momento Coya), se llevó a cabo la quinta edición de los Campeonatos de España en pista lo que suponía, según escribe José Javier Etayo, “un espaldarazo al atletismo gallego que iba progresando rápidamente”. De este torneo surge rutilante el nombre de Guillermo Moreira, atleta del Comesaña Sporting Club, por haberse convertido en el primer gallego en acaparar un título nacional, en este caso de 400 metros, aunque en realidad la carrera la ganó, representando también a Galicia, Guillermo Bachman en 59 segundos y 8 décimas, pero que, por su condición de extranjero (trabajaba en la ciudad viguesa en la empresa del Cable Alemán), no podía ser el campeón. Aunque en alguna publicación se menciona solo a Bachman como vencedor, con el transcurso de los años se subsanó este error histórico. Alfonso Posada comentó haberse puesto en contacto con la Federación Española de Atletismo buscando restituirle a Guillermo Moreira lo que en buena lógica le pertenecía y lo mismo hizo quien lógicamente estaba más interesado en que esta cuestión se resolviera con toda justicia, el propio Comesaña Sporting Club.

Guillermo Moreira Araújo en mayo de 1921

Se cuenta en el boletín Atleta que, en un principio, “todas las Federaciones dieron su conformidad para concurrir”, pero la realidad fue diferente ya que se produjo tal deserción que “sólo parecía que participarían los gallegos”. Aquella sorprendente situación condujo a la Federación Española a realizar gestiones que dieron como fruto que “los conocidos ases guipuzcoanos Juan Muguerza, Diego Ordóñez e Ignacio Izaguirre se desplazaran a Vigo”. Aun así, se quiso aplazar la competición sin que ello fuera posible porque los representantes de Guipúzcoa ya habían emprendido el viaje. “Como subvención, se dieron doscientas pesetas a los guipuzcoanos”.

Los atletas gallegos que compitieron eran todos de Vigo (los que figuran en los resultados), según ha podido comprobar el incansable dirigente del Comesaña Joaquín Pérez, eficaz también por encontrar huellas familiares de Guillermo Moreira. Precisamente dos atletas de esta entidad, el referido Guillermo Moreira Araújo y Manuel Amigo Fernández, consiguieron dos medallas cada uno.

Solo una disciplina, de las once que se disputaron aquel 16 de octubre de 1921, tuvo color gallego: los mencionados 400 metros ganados por Guillermo Bachman y con Guillermo Moreira en segundo lugar, aunque este se haría igualmente con la tercera plaza en los 1.500 al ser aventajado por Juan Muguerza, ganador en 4:41.2/5, y Manuel Amigo.

Nuestro héroe Guillermo Moreira, nacido el 15 de marzo de 1901 en Villa da Veiga, de la parroquia viguesa de San Andrés de Comesaña, falleció el 6 de marzo de 1961 en Mondariz-Balneario, donde residió la mayor parte de su vida. Guillermo tuvo cuatro hermanos, dedicándose los dos varones, Indalecio y Saturno, al igual que él, también a correr entusiásticamente por aquellos idílicos parajes cercanos a su casa familiar, aunque, según parece, Indalecio y Saturno no destacaron; los tres, en todo caso, pertenecieron al Comesaña. Y de este tiempo de juventud en el que esforzarse corriendo constituía una permanente felicidad para los tres hermanos data el lamento constante de una madre haciendo ver que no ganaba para zapatillas (alpargatas de cuerda) para sus hijos; así lo refiere Elvira, la hija pequeña de Guillermo, quien aporta la imagen de su padre con los pies permanentemente doloridos. “Nunca se pudo calzar”, dice, tal vez, habrá que pensar, por haber usado aquel calzado endeble de la época en terreno tan irregular.

Contaba veinte años, o acaso menos, cuando se marchó para Mondariz-Balneario a trabajar de encofrador en alguna de las instalaciones del famoso balneario de la localidad; se instaló entonces en la pensión de los abuelos de Elvira y allí conoció a la que fue su mujer (tuvieron cuatro hijos). Tras dejar su trabajo de encofrador pasó a vivir a Mondariz pueblo durante unos cuantos años, donde se estableció con una tienda y casa de comidas, hasta que su suegro dejó de estar al frente del horno que poseía en Mondariz-Balneario para adjudicárselo a un hijo y dos yernos, uno de ellos Guillermo; los tres formaron una sociedad y a partir de entonces el trabajo definitivo de Guillermo fue de panadero.

Guillermo Moreira, nuestro histórico atleta, no fue un hombre de contar sus vivencias como corredor; de hecho, esta circunstancia no era prácticamente conocida en el seno familiar. En lo que sí se reafirma Elvira es en la bondad de su padre, una persona, dice, apreciada por todos los vecinos. Relata que, aunque no frecuentaba la iglesia, “el cura le quería con locura, jugaba la partida con él”.  También de este rasgo bondadoso se hace eco José Antonio Lorenzo Rodríguez, alcalde de Mondariz-Balneario y sobrino de Guillermo. “Un encanto de persona”, afirma. Convivió con él siendo niño y tiene vivo el recuerdo de las veces que lo enviaba por agua a Fonte do Crego, así como las ocasiones en que lo acompañaba al bar para escuchar los partidos de fútbol por la radio. Dice José Antonio que su tío era un reconocido seguidor tanto del Real Club Celta como del Athletic de Bilbao.

Quienes acudieron, en doble jornada, a presenciar aquella cita nacional en Coia no tuvieron más remedio que pagar la entrada: 0,75 pesetas general y 1,50 silla de preferencia en la sesión matutina, y una y dos pesetas en la vespertina.

Los tres atletas guipuzcoanos en liza arrollaron. Juan Muguerza, además de imponerse en 1.500 metros, también ganó los 800 con un tiempo de 2:13, los 110 vallas en 23.7 y los 5.000 en 17:11, prueba en la que los gallegos Luis Correa y Manuel Amigo acabaron segundo y tercero.

Para el velocista Diego Ordóñez hubo dos triunfos: los 100 metros, que corrió en 11.3/5 por delante de Guillermo Bachman y Justo Vázquez, y los 200, distancia que finalizó en 23.7 (casualidad o no es la misma marca que se refleja en 110 vallas) seguido de Guillermo Bachman.

Ignacio Izaguirre, por su parte, ganó los tres lanzamientos: la jabalina con una marca de 42,63 (récord de España), el disco donde alcanzó 36,17 y Fernando de Castro obtuvo el récord gallego con 30,65, y el peso con un registro de 10,37 y Fernando de Castro 9,64. Además, Ignacio Izaguirre fue el mejor en salto de longitud sin impulso habiendo llegado a 2 metros con 74 centímetros.