Domingo, 17 de diciembre de 1961. La carrera prevista para debutantes fue ganada por un joven vigués llamado Javier Álvarez Salgado (1943) que, al cabo de muy pocos años, estaba ya integrado en la cúspide con las más grandes figuras. Quien acabó siendo un portento atlético pretendía ese día de diciembre conseguir para él y sus amigos algunos de aquellos productos propios de la Navidad que otorgaba la organización como premio a los más destacados. Cumplió con tal propósito. Nadie mejor que él entre los debutantes.
Álvarez Salgado llegaría a contar de aquel día que supuso su irrupción en el atletismo que acudió a la cita con indumentaria prestada y luciendo en su camiseta el nombre de la cadena de supermercados Spar. Faro de Vigo relata que superó el récord de la distancia que tenía Eulogio González desde el año anterior. “Dosificando bien su esfuerzo, en unión de Pérez Patiño, que sufrió de flato, marcharon al principio en posiciones secundarias y paulatinamente pasaron a la cabeza”. Cuando se produjo el desenlace de la prueba, Álvarez Salgado triunfó “en un sprint que habla claro sobre sus facultades”.
Tras el ganador se clasificaron Manuel Manteiga (Equipo Militar de la VIII Región), José A. Pérez Patiño (Spar) y Manuel Gayoso (Pontevedra FC), otro nombre glorioso del deporte atlético con el transcurrir del tiempo.
Javier Álvarez Salgado es uno de los atletas que más veces inscribió su nombre como ganador del Gran Premio de Navidad de pedestrismo. Lo hizo en cinco ocasiones: 1964, 1966, 1967, 1970 y 1972. A punto de celebrarse la edición de 1971, en la que Álvarez Salgado no intervino porque participó en la Jean Bouin barcelonesa, G.R., que así ha firmado muchas veces Alfonso Posada en Faro de Vigo, escribió sobre la prueba viguesa que contaba con “un relevante prestigio en todos los aspectos, por la popularidad de su organización y la abundancia de premios, atrayendo a numerosos jóvenes para debutar en la carrera a pie”. Y explicaba entonces el modo en que Álvarez Salgado había llegado al atletismo y a esta carrera en concreto
“Precisamente Javier Álvarez Salgado”, cuenta G.R., “la esperanza máxima del atletismo hispano para los Juegos Olímpicos de Munich, vino a nuestras filas sintiendo la llamada de la prueba navideña de debutantes y para ella comenzó a entrenarse en Castrelos, aunque previamente debutara en el Trofeo Elola de cross, cuya final nacional ganaría aquel año de 1961 en Madrid, poco después de triunfar en la viguesa Plaza de Compostela”. Y continúa G.R.: “Y sería Bernardo Pérez, hermano del famoso Carlos Pérez, quien lo presentaría en unión de otros debutantes a los directivos del Real Club Celta para su fichaje. Salgado iba entonces con el pitillo en la boca, vicio que se le cortó rápidamente. Y aquel sencillo muchacho del barrio de Pousafoles se ha convertido, al correr de los años, en una figura de prestigio mundial, conservando y mejorando, sin duda, su sencillez inicial”.
Antes de conseguir su primera victoria en la prueba principal, Álvarez Salgado quedó sexto en 1962 (el año del triunfo de Mariano Haro), aunque dando ya un considerable salto de calidad en 1963 al adjudicarse la tercera plaza. Este año ganó el vigués Manuel Augusto Alonso, un puntal en el CF Barcelona, pero Atletismo Español señalaba como la “revelación” a Álvarez Salgado, que había cumplido veinte años cuatro días antes de disputarse la prueba, diciendo: “Al principio quedó sepultado en el anonimato del pelotón, pero, recuperando posiciones a medida que avanzaba la prueba, finalizó muy fuerte y en una brillante tercera posición. Es un muchacho de gran porvenir…”
En 1964 se produjo su primer triunfo en la carrera más relevante del programa. Una carrera de 6 kilómetros en la que tomó la iniciativa el portugués Manuel Alves Sousa, pero no tardó mucho en echársele encima el grupo agitado por Manuel Augusto Alonso y posteriormente por Carlos Pérez. El hecho es que acabaron quedándose al frente los vigueses Manuel Augusto Alonso, Carlos Pérez y Javier Álvarez Salgado y el madrileño Eloy Martín. Cuando, al filo de los tres kilómetros, Salgado avivó el ritmo, Eloy Martín perdió contacto con la cabeza. Cuenta Atletismo Español que, en el último kilómetro, “al iniciarse un fuerte y pronunciado repecho, Salgado se despegó con impresionante facilidad y llegó solo a la meta”.
Triunfo por tanto incontestable del céltico Álvarez Salgado, con Manuel Augusto Alonso (CF Barcelona) en segundo lugar y el también céltico Carlos Pérez en tercera posición. Tras ellos fueron entrando en meta Eloy Martín (Renfe), cuarto; Manuel Alves Sousa (FC Porto), quinto; José Luis Guerrero (Equipo Militar de la VIII Región), sexto; Tomás Rubio (Renfe), séptimo; Dionisio Castaños (Renfe), octavo; Eulogio González (Equipo Militar de la VIII Región), noveno; y José Braceta (FC Porto), décimo. Se clasificaron 35 atletas y el conjunto ganador fue el Real Club Celta, seguido del Renfe de Madrid y el Equipo Militar con sede en la capital coruñesa.
Además de resaltar la que fue primera victoria de Salgado en el Gran Premio de Navidad, conviene dejar constancia de que, aquel año 1964, se llevó a cabo la primera carrera femenina, ganada por la coruñesa Nela Souto.
Otros campeones fueron: el júnior José María Morera (Renfe), el principiante Leopoldo Torres (Gimnástica) y el veterano Santiago Fernández (Santa Bárbara).
Al no presentarse en Vigo cuatro corredores madrileños que estaban anunciados, la edición de 1966 contó, tal como relata El Pueblo Gallego, con cuatro hombres “de auténtica calidad” entre los 24 que cubrieron los 7.000 metros de que constaba la prueba: los vigueses Javier Álvarez Salgado y Manuel Augusto Alonso, el coruñés Enrique Graña y el ferrolano Manuel Porta.
Señala el periódico que Álvarez Salgado “tuvo que sudar la victoria, como lo justifica la diferencia de cuatro segundos ocho décimas que hubo entre él y Alonso”. Le dedica también un espacio a Enrique Graña, tercero, afirmando que “realizó una bonita carrera, particularmente en la primera vuelta del circuito”. Apunta que “marchó muy unido” a Salgado y Alonso “en más de 6.700 metros, faltándole fuelle para resistir el ritmo final de sus contrarios”. Manuel Porta y Rubén Sanmartín, cuarto y quinto, “también rindieron dignamente”. El Real Club Celta se impuso por equipos.
Por falta de participantes no hubo carrera de veteranos, pero sí otras de distintas categorías. La júnior la conquistó el pontevedrés Leopoldo Torres, integrante del Hércules coruñés, aunque eso sí, “tras reñida lucha con el santiagués Francisco Rivas, de la SD Compostela, y Carlos Romalde del Galicia Caranza”, segundo y tercero, respectivamente.
“Como estaba previsto ganó sin inquietudes y con ventaja Rafa García, del Celta” entre los 50 juveniles que “pisaron la meta de llegada”. En segunda posición entró Vázquez Astray (Gimnástica) y tercero fue Sánchez (Celta).
La prueba femenina, con una veintena de participantes, fue ganada por la ferrolana Teresa Torres; y en principiantes, habiéndose clasificado 26 de los 42 corredores que se habían inscrito, venció Eduardo Pinedo, perteneciente al Club Atlético Coruñés.
Dick Thompson, cronista de El Pueblo Gallego, puso el acento en el desfile de participantes lamentando su falta de formalidad, por lo que abogaba suprimirlo de continuar por este camino. “Estas cosas se hacen bien o no se hacen”, sentenció.
Volvió a triunfar Salgado en 1967, en una edición que no contó con la presencia de portugueses ni otros españoles. “Esta vez”, se dijo en Atletismo Español, “las ambiciones quedaron limitadas a la esfera regional, por carencia de medios económicos”. La carrera, en todo caso, “tuvo un desenlace incierto hasta las proximidades de la llegada porque Carlos Pérez forzó al máximo para dejar atrás a su compañero Salgado, sabedor de que el superior sprint de éste le desbordaría claramente en la última parte”. Pero el esfuerzo de Carlos Pérez por separarse de su rival no surtió efecto y “en los 200 metros finales el cuádruple recordman de España se hacía fácilmente con el triunfo…”
Tras los dos atletas del Celta se clasificaron Ramón Tasende (Hércules), Manuel Augusto Alonso (Celta), Enrique Graña (Hércules) y José Luis Pousa (Celta), entrando en meta 21 corredores. El equipo vencedor fue el Real Club Celta.
También tuvieron la dicha de vencer en 1967 estos otros atletas: Ángeles Mandado (RC Celta) entre las mujeres, Vázquez Blanco (Cisneros) como júnior, Ferreira (RC Celta) en juveniles, José I. Pérez (Atlética) en la carrera de principiantes, y Manuel Alonso (S. Incendios) en veteranos.
Cuando en 1970 el gran Javier Álvarez Salgado se reencontró con el Gran Premio de Navidad ya se sabía, sin haberse disputado, cuál sería el desenlace de la prueba principal, la que otorga todos los honores, porque no resultaba fácil hacerle sombra. El Gran Premio de Navidad, en cualquier caso, contaba con un considerable atractivo y convenía estar presente. Lo decía claramente El Pueblo Gallego el domingo 13 de diciembre: “Las veintitrés ediciones ya celebradas, consolidaron la firme creencia de todos los vigueses de que el Gran Premio Pedestre de Navidad es la mejor de cuantas competiciones de su género se celebran en Galicia, y nada tiene que envidiar a otras nacionales de alto relieve, aunque éstas se vean adornadas con incrustaciones internacionales”.
Sobre el terreno sucedió lo que tenía que suceder, lo que era previsible. El Pueblo Gallego recalcaba que “antes de iniciarse la prueba, ya todo se sabía. El Celta coparía los primeros puestos, individual y de equipo. Y así fue”. Aquello estaba cantado porque nadie le iba a arrebatar la victoria al espléndido Salgado. Y si esto se presumía así, el interés “quedó centrado en el esperado duelo Carlos Pérez-Tasende, los dos célticos” y que se llevó el primero. Del cuarto al décimo se clasificaron Rubén Sanmartín (Celta), Alejandro Román Pereira (SAV), Francisco Santiañez (Marina Ferrol), Joaquín Calvar (Marina Ferrol), Perfecto Pousa (C.M.O.), Ramón Sarmiento (Celta), y Juan Figueiro (Marina Ferrol).
Las carreras se sucedieron, disputándose siete más, aquella matinal de domingo de 1970, y con estos ganadores: Pilar Sanmartín (Celta), sénior; María Blanca Muradás (Gimnástica), júnior; Jesusa Herves (Gimnástica), debutante; Manuel Rodríguez (Citroën Hispania), veterano; Emilio Carrera (Celta), debutante; Estanislao Durán (Celta), juvenil; y Ramón Sánchez Ferreira (Celta), júnior.
Llegado el mes de diciembre de 1972, las calles que circundan la plaza de Compostela, tradicional punto de reunión de esta prueba, estaban en obras y los organizadores decidieron que las vueltas clásicas a la plaza se efectuaran por la acera interior de la misma, aunque Faro de Vigo el día 16, víspera de la carrera, informaba que todavía faltaba “por concretarse lo que se refiere a las líneas de salida…” Se llevaron a cabo siete pruebas.
Javier Álvarez Salgado se presentó, un año más, como indiscutible favorito, pero, en esta ocasión, la noticia estuvo en que tan soberbio atleta no intervino con la camiseta del Real Club Celta, sino que lo hizo con la de la selección española. Faro de Vigo explicaba la situación afirmando que el atleta “está en guerra” con los dirigentes del club céltico y que “ha sido objeto de vejaciones”. De ahí que Salgado, como ganador en 1972, el último triunfo suyo, figura como atleta “independiente”. De la carrera en sí, reseñar que la inició de manera conservadora para, paulatinamente, acercarse a la cabeza y acabar venciendo con cierta facilidad. Segundo quedó Rubén Sanmartín (Celta) y tercero fue Carlos Pérez (Independiente). El Real Club Celta, que también situó a Sarmiento en quinta posición y a Ferreira en la sexta, fue el conjunto ganador.
En las carreras restantes los triunfadores fueron: Estanislao Durán (Celta), júnior; Iglesias (Celta), juvenil; Rogelio Barragáns (Gimnástica), debutante; Justo Otero (CUA), marcha atlética; María Jesús Hervés (Gimnástica), juvenil; y María Jesús Sanguos (Gimnástica), sénior.
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