El domingo 27 de agosto de 1944, con el Generalísimo Franco en la grada, se echó el cierre al último capítulo de los Campeonatos de España del Frente de Juventudes que se habían iniciado el día 19 en el estadio de Balaídos. El torneo, importante en sí mismo, con un millar de participantes de 29 provincias, contaba en esta ocasión con una circunstancia muy especial: el recinto vigués estrenaba pistas de ceniza, las primeras que hubo en Galicia (las anteriores eran de jabre) y, según El Pueblo Gallego, venían a ser las cuartas a nivel nacional (añádase que la relación se abrió con las de Berazubi, en Tolosa, inauguradas en 1923).

Carrera de 3.000 obstáculos de los Campeonatos de España del Frente de Juventudes en Balaídos en agosto de 1944, cuando el recinto estrenó las pistas de ceniza. El catalán Miranda salta el obstáculo seguido del coruñés Rama. Era la primera vez que se disputaba esta prueba en Galicia
De esta puesta a punto en la reconversión de las pistas se había encargado el barcelonés Picart, que era a su vez el técnico que tenía a su cuidado las del estadio de Montjuic en la capital catalana. Antes de abandonar Vigo, Picart confesaba en las páginas de Faro de Vigo: “Les quedan a ustedes unas pistas solamente comparables a las que en Barcelona hizo construir el técnico finlandés Penkala”. Y hacía ver que se podrían correr los 110 vallas “en una sola recta”, resaltando además que todas las carreras tendrían “su punto de llegada al final de la gran recta de preferencia”.
Faro de Vigo también se hacía eco de que en el diario madrileño Arriba se había escrito en términos elogiosos del nuevo Balaídos, mostrando incluso una imagen de las pistas, por lo que sentenciaba: “Es un grito a España entera de los deportes del milagro que se hizo en Vigo”.
Desde el primer momento, la competición se convirtió en una permanente criba de participantes para poder llegar con los mejores a las finales del día de clausura; debido a tan elevado número de atletas no es de extrañar que, en una de las sesiones, por ejemplo, se disputaran nada menos que quince series de 200 metros y diez eliminatorias de 110 vallas. Pero no todas las pruebas estaban encaminadas a determinar sus campeones el último día. Muy elocuentes resultan unas líneas en El Pueblo Gallego en las que se anuncia la jornada de cierre: “Para que la reunión resulte más brillante y más entretenida las finales de las pruebas más pesadas, saltos y lanzamientos, fueron despachadas en las jornadas anteriores, habiendo dejado para esta última únicamente las finales de las carreras, lo que hará que el programa resulte más entretenido no perdiendo en ningún momento sus atractivas características”.
La respuesta del público a este acontecimiento atlético fue generosa, teniendo acceso libre al estadio desde el primer momento; solo hubo cortapisas el último día. Lo avisaba así la prensa: “El Frente de Juventudes ha tenido la gentileza de establecer la entrada gratuita, pese a lo costoso del montaje de estos campeonatos. Tan sólo una restricción se ha establecido y corresponde al domingo, día en que se disputará la jornada final y la sesión de clausura: la grada cubierta de Balaídos está reservada en ese día para invitados”.
Resalta El Pueblo Gallego sobre las pruebas del domingo 27, las correspondientes a las finales, que se habían iniciado tan pronto se ubicó en el estadio Francisco Franco y habían sido “muy disputadas”. Pero añade algo más y muy a tener en cuenta: “La distribución de las salidas y llegadas quizá haya restado probabilidades a los atletas en su afán de superar marcas. Con todo, hay motivo para sentirse satisfecho en cuanto a los resultados obtenidos”. ¿Qué había sucedido? Nos lo descubre el Alfonso Posada historiador, en una información de 2012 sobre lo ocurrido ese día al comentar una foto concreta: la final de 800 metros. “Los 800 metros”, dice Posada, “se dieron con salida y meta en mitad de la recta de 100, para que su Excelencia lo viese mejor desde el palco central”. Y claro está, se supone que esta manera de actuar se repitió con distintas pruebas.

Salida de los corredores de 800 metros en la competición nacional del Frente de Juventudes el 27 de agosto de 1944 en Balaídos
En El Pueblo Gallego, a modo de resumen de lo hecho por los mejores atletas, se refleja “la clase magnífica apuntada por Miranda en la carrera de 3.000 metros obstáculos, en la que logró rebajar la marca nacional del Frente de Juventudes, que pertenecía a él mismo, en forma considerable. Ahí están también las brillantes exhibiciones de los hermanos Adarraga, de Guipúzcoa, en 800 y 400 metros, así como su intervención, claramente decisiva, en las pruebas de relevos”. Pero no se quedaron ahí únicamente las alabanzas. “Otras figuras destacadas de estos campeonatos han sido Peña, de Tenerife, magnífico especialista en saltos y vallas, y el valenciano Sanchís, velocista de magníficas cualidades a quien quizá haya perjudicado tener a su cargo un programa demasiado recargado de pruebas”.
Conviene, además, referirse a otro hecho histórico de este certamen atlético del que da cuenta en Galicia Atlética (marzo 1996) el mencionado Alfonso Posada. Por vez primera se disputó en Galicia la carrera de 3.000 obstáculos, aunque, como indica, “no codificada reglamentariamente, lo que sucedería en 1.954”. En esta disciplina sería subcampeón, tras el catalán Constantino Miranda, el coruñés Francisco Rama que había corrido la distancia en 10 minutos 16 segundos 5 décimas.
En la que era la quinta edición de los Campeonatos de España del Frente de Juventudes, los campeones fueron: José Luis Adarraga (Guipúzcoa) en peso, 400 y longitud; Miranda (Barcelona) en 1.500 y 3.000 obstáculos; Bonamusa (Barcelona) en pértiga; Alza (Vizcaya) en martillo; Pozuelo (Madrid) en disco; Baldomá (Lérida) en 5.000; Peña (Tenerife) en altura y 110 vallas; Apellaniz (Vizcaya) en jabalina; Juan Bautista Adarraga (Guipúzcoa) en 800; Sanchís (Valencia) en 100; Delgado (Guipúzcoa) en 200; y Guipúzcoa en relevos 4×100 y 4×400.
Entre 29 provincias contendientes, la triunfadora fue Guipúzcoa por delante de Burgos y Barcelona; Coruña quedó en el puesto 9º, Pontevedra en el 15º, y Lugo en el 24º.
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