Maravilloso bronce olímpico
Los Juegos Olímpicos de Tokio 2020 no se disputaron cuando se habían previsto debido a la pandemia de la covid-19. Se pospusieron hasta 2021 pensando en que el mal ya estaría desterrado y hubieron de celebrarse sin la presencia de espectadores en las gradas. Se transformaron en la competición del irremediable silencio. En estas circunstancias se produjo el enorme éxito de la saltadora de triple Ana Peleteiro (Ribeira, A Coruña, 1995) al conseguir, en un concurso espléndido apurando sus opciones hasta el último momento, la medalla de bronce. Nadie en la historia del atletismo gallego había conseguido tan preciado botín. Para el atletismo nacional la suya fue la única presea obtenida en el país del sol naciente.
Acumulaba ya unos once meses sin competir cuando Ana Peleteiro compareció en Karlsruhe (Alemania) en la World Indoor Tour en enero de 2021. El grupo del carismático entrenador Iván Pedroso había estado concentrado tres semanas en el sur de Portugal. El cubano manifestó sobre la gallega que se había entrenado “bastante bien” durante la temporada y estaba “muy centrada”. Y Ana, en sus redes sociales, comentó: “No os podéis imaginar las ganas que tengo de volver a las pistas”. Tanto uno como otra recalcaron que toda la preparación estaba enfocada a la cita olímpica. En Karlsruhe saltó 13 metros 85 centímetros que le otorgaron la quinta posición.
Con cierta holgura conquistó en febrero de ese año 2021, en Madrid, el que era su sexto título de campeona de España absoluto en pista cubierta al saltar 14,21, mientras que la resistente Patricia Sarrapio se quedaba en 13,77. Y se enfrentó entonces a uno de los acontecimientos más atractivos de la campaña: los Campeonatos de Europa en sala celebrados en marzo en Torun (Polonia). Ana, con ese genio y ese ímpetu que la definen sobre el pasillo de saltos, llegó hasta los 14 metros 52 centímetros que le dieron la medalla de plata, quedándose a solo un centímetro de la portuguesa Patricia Mamona, dominadora sin paliativos del concurso.
“Aunque sea una plata, me sabe a oro”, dijo la atleta gallega. “Me quedo con lo que he sido capaz de hacer. He competido con molestias en los isquios, en la espalda, con la cabeza diciéndome que no y yo diciendo que sí, centrándome en lo que tenía que hacer”. No había podido repetir, en todo caso, la medalla de oro alcanzada en Glasgow (Escocia) en 2019.
El camino para subirse al podio en Torun se inició el sábado 6 de marzo al tener que superar el corte establecido en 14,10 metros para disputar la final. Fue en su segundo intento cuando saltó precisamente 14,10, lo que era el quinto mejor registro de las participantes en la calificación. Y el domingo, ya en la final, inició el concurso -desvelaría después que tenía molestias en la espalda y en los isquios- con una marca de 13,98, a la que siguió un nulo y un raquítico 12,08 en el tercero. Cuando en el cuarto intento realizó unos magníficos 14,34 metros se situó en la antesala del podio, la cuarta, a un centímetro de la medalla de bronce. Los que esperaban a Ana Peleteiro se dieron cuenta de que, efectivamente, estaba allí. Había que contar muy seriamente con ella. No pudo alcanzar su objetivo en el quinto intento (14,19) y se lo tuvo que jugar todo en la última tentativa. Decidida como siempre, su carrera y el posterior vuelo la llevaron hasta unos soberbios 14,52, con lo que igualaba con la germana Neele Eckhardt, a la que relegó al tercer puesto.
Siempre con la mirada puesta en Tokio, dio un paso adelante en Getafe, en junio, cuando se tuvo que decidir quién era la campeona nacional del triple salto al aire libre. En su último intento realizó el mejor de sus saltos al medírsele 14 metros 61 centímetros, un registro de considerable valor y que se situaba como récord de los campeonatos. Había comenzado el concurso saltando 14,35, después haría un nulo, a continuación le siguieron 14,50 con viento superior a lo permitido y posteriormente conseguiría, antes de que llegase su explosión definitiva, 14,25 y 14,36. Para Ana Peleteiro aquella victoria representaba su quinto título español de la especialidad. En esta ocasión, en Getafe, superó a la brasileña Nubia Aparecida Soares, 14,26, y a Patricia Sarrapio, 13,87.
Y entonces llegaron los ansiados Juegos Olímpicos de Tokio, los primeros en los que hizo su aparición la joven gallega. Día importante el viernes 30 de julio, en el que se convirtió en olímpica y se jugó el todo por el todo para poder llegar a la final de triple salto. Ana Peleteiro estuvo soberbia, poderosa. En la segunda oportunidad alcanzó el objetivo y con una marca de impresión: 14 metros 62 centímetros. Solo se vio superada por la venezolana y compañera de entrenamientos Yulimar Rojas, inalcanzable con sus extraordinarios 14,77. Ana se mostraba de lo más feliz: “No puedo pedir más para la clasificación”. Era consciente de que, en la final, sería otra cosa. “Todas irán a luchar con garras y dientes. Yo también…” dijo en TVE. Se refirió igualmente a su experiencia en la pista y la definió de “increíble” pese a que faltaba el calor del público.
El domingo 1 de agosto de 2021 será siempre, para el atletismo español, un día grande, reconocible pase el tiempo que pase, por lo que fue capaz de conquistar una chica de Ribeira con decisión a raudales en el pasillo de saltos. Y no exenta de técnica, claro. Acabaría conquistando, no sin sufrir y haciendo sufrir también a sus seguidores, la medalla de bronce de manera fantástica. Ningún atleta gallego había llegado a tan sugestiva cota.
Desmenucemos, en lo posible, lo vivido en este histórico momento. Yulimar Rojas, en otra galaxia, inició la pelea poniendo en el marcador unos, para ella, ya nada sorprendentes 15,41; la portuguesa Patricia Mamona llegó a 14,91, rècord de su país y que más tarde situaría en 15,01; Ana Peleteiro, en un estado de forma incuestionable, saltó 14,55.
De lo que estaba dispuesta a hacer Peleteiro lo dejó muy claro cuando le correspondió saltar por segunda vez. Los 14 metros 77 centímetros le otorgaban la primera de las dos plusmarcas españolas que realizó aquel día y la situaron en la tercera posición del concurso. ¡Formidable!
Su caminar hacia el podio todavía tendría que pasar por instantes complicados, tal vez no exentos de angustia. Mientras su tercer intento fue nulo, en la cuarta ronda se encontró con un serio obstáculo: la jamaicana Shanieka Rucketts la sobrepasaba con unos increíbles 14,84 que la desplazaban del podio debido a que ella solo registró unos también muy buenos 14,63.
Ana Peleteiro requirió de un ritual de gestos. Se golpeó con las manos la cara y no faltaron gritos aguerridos de ánimo, para lanzarse como un felino por el pasillo hacia el foso. Iba plenamente decidida. Muy convencida. No hubo titubeo alguno y el resultado en la arena quedó demostrado: nada menos que 14 metros 87 centímetros, su segunda plusmarca española del día que la llevaron a recuperar el puesto en el podio. Aunque no debe considerarse como inaudito lo que hizo porque es poseedora de una calidad inmensa, no es menos cierto que sacó a relucir esta calidad en grado superlativo en un momento crucial, de enorme tensión. ¡Soberbia!
Solo quedaba un último salto. Lo más complicado parecía estar hecho, pero estaba claro que la referida Rucketts y la cubana Povea suponían una clara amenazaba para echar por tierra aquel instante de gloria. Pero no llegaron a tanto y no le fue arrebatada tal dicha. Ana Peleteiro estuvo muy entera como demostró con un último salto de 14,65 nada desdeñable.
El triple salto femenino tuvo un colosal colofón al lograr la campeona olímpica Yulimar Rojas la plusmarca mundial con 15,67 metros. El abrazo entre la venezolana y una gozosa Ana Peleteiro fue también una de las imágenes de aquel memorable 1 de agosto de 2021.
“Estoy viviendo un sueño”, dijo tras conseguir tan fantástico éxito en La Voz de Galicia. “Al fin puedo decir que soy medallista olímpica. Llevo toda la vida soñando con esto, y, por eso, ahora no puedo parar de llorar”.
Isidoro Hornillos, presidente de la Federación Gallega de Atletismo y olímpico en los Juegos de 1980, escribió en el diario coruñés sobre la gesta de la atleta gallega: “Es un gran triunfo de Ana, de su entrenador y de su equipo. Pero también de los protagonistas en su etapa de formación: María José Martínez, Carlos Adán, Abelardo Moure, así como de la Escuela Municipal de Atletismo de Ribeira, impulsada por su alcalde, Manuel Ruiz”.
Con tiempo más que suficiente para haber asimilado lo conseguido en Tokio, el 13 de agosto Ana Peleteiro volvía a explicarse en La Voz de Galicia: “Pienso que lo que hice fue brutal, que es todo un logro y que no es fácil llegar a donde llegué, sobre todo con mi edad, porque creo que puedo llegar muy bien a dos Juegos más y eso me motiva a seguir luchando. Creo que es un buen punto de inflexión para replantearme lo que quiero en mi vida, creo que puedo sacar mucho potencial de mí”.
Buen trabajo Emilio!